viernes, 11 de octubre de 2013

Un día "normal" de quimioterapias.

Me dispongo a empezar un nuevo ciclo que según dijo mi doctora va a ser intenso, estoy en el hospital, de vuelta entre estas paredes  celestes que según la teoría del color deberían ayudarme a mantener la paz y tranquilidad, pero yo, yo no siento ese sosiego que se supone debería sentir, aunque no debería si quiera pensar en la posibilidad de estar cansada, es inevitable... lo estoy. Acostada en la cama mientras espero a la licenciada que eventualmente llegará con todos los implementos necesarios para colocarme el cytocan, pienso en tantas cosas... anhelo que el tiempo vuele y que mi estadía aquí se sienta lo mas corta posible.
Hace mucho tiempo que no escribo y estoy aprovechando este momento a solas, en la comodidad de la habitación 106, para poner mi cabeza en orden; con decir que estoy cansada no me refiero a que quiero "tirar la toalla", ni mucho menos, solo estoy cansada. Antes de empezar este nuevo ciclo me hicieron una biopsia y mi médula está totalmente sana, ya no hay vestigios de leucemia, así que prácticamente soy una persona sana recibiendo quimioterapia, aunque estoy sana es necesario continuar con el protocolo para que no haya una futura recaída.
Mis amigos me han preguntado que se siente recibir quimioterapias y estoy segura de que la mayoría de las personas están curiosas acerca de esto también. No sé si para todos sea de la misma manera, creo que no es así porque los seres humanos somos muy diferentes uno del otro, tanto física como psicológicamente. Mi doctora me comentó que uno de sus pacientes asimila muy bien un medicamento que a mi me provoca vómitos y dolores de estómago cada vez que me lo administran, en él no tiene el mismo efecto como en mi, él regresa tranquilo a su casa después de su sesión, mientras que yo a duras penas puedo ponerme en pie sin tener nauseas. Llegó la licenciada. Ponerme el cytocan no tarda más de diez minutos, ambas nos colocamos mascarillas, limpia cuidadosamente el área donde está el implantofix y cuando está todo listo dice  -"Respira mamita. 1...2..3". -"Auch". La quimioterapia es un suero que a veces puede ser de colores: azul, rojo, naranja o transparente, lo cubren con fundas plásticas para que no reciban los rayos uv, los colocan vía central y ya, eso es todo, son los estragos post-quimioterapia los que son cosa seria: nauseas, vómitos, mareos, cansancio, perdida de cabello, deshidratación, dolor de huesos... etc. En esta ocasión mis síntomas no son tan fuertes como antes, solo me siento cansada todo el día, quiero dormir y dormir y dormir, el único inconveniente es que la comida me provoca nauseas y no resisto el olor, la quimioterapia hace que las vibraciones en las papilas gustativas y los receptores del olor se intensifiquen por lo que puedo percibir el carrito de la comida antes de que llegue a mi habitación, es desesperante porque aunque quiera, no puedo dejar de comer y debo hacer un esfuerzo realmente grande para retener la comida en mi estómago. El cabello no se me caerá esta vez (Yeih) pero tendré que ser fuerte porque un ciclo de intensificación siempre es duro y pueden surgir muchas complicaciones por efecto de la medicina. Han pasado varios días. Recibí cuatro dosis de quimioterapia, una por día. No surgió ninguna complicación. Regresé a mi casa sana y salva, después de cinco días en el hospital descansaré dos días antes de volver a hospedarme una semana más allá.
De vuelta en el hospital recibí mis dosis, aguanté las nauseas y los estragos como la mujer fuerte que creo que soy, aguanté las pruebas de sangre cada madrugada que me realizaron para controlar como estaban mis defensas y plaquetas, hice todo al pie de la letra para poder regresar a casa rápido, pero no fue así. Las complicaciones empezaron a surgir, tal cual se esperaban, necesité tres plaquetoferesis (donación de plaquetas) y glóbulos rojos concentrados luego, mis defensas empezaron a bajar drásticamente hasta que quedé en cero, mi doctora dijo que yo estaba tan delicada y vulnerable como un cristal y que así no podría ir a casa. Las visitas fueron prohibidas, solo una persona podía estar en mi habitación, ella y las enfermeras debían entrar con mascarilla y una bata esterilizada para prevenir una infección, ya que mi cuerpo no podría defenderse y habrían consecuencias graves, me tuve que quedar más tiempo encerrada. El lunes, siete días después de ingresar al hospital, desperté extraña, tenía calor, me dolía la cabeza y mis pies estaban fríos, sé muy bien que significa eso así que empecé a llorar, ya no quería estar más en el hospital y la fiebre significaba que serían como mínimo tres días más hasta controlar la infección. No entendía que la pudo haber causado, tuve mucho cuidado y como la chica madura que soy, lloré y lloré por la frustración. Mi mamá solo dijo -"Llora, llora todo lo que necesites... ¿Estas más tranquila?, sabes que esto es parte del tratamiento, sabes que este tipo de cosas siempre pasan, solo tienes que estar tranquila" La infección se controló rápidamente ya que no salí del hospital y actuaron rápido llenando mi cuerpo de antibióticos. Un día la doctora Paquita llegó y dijo "Tu médula anda hecha la vaga, no quiere producir leucocitos",  empezaron a ponerme inyecciones subcutáneas (en la pancita) para ayudar a la producción de leucocitos, creo que fueron al rededor de 10 inyecciones, mi panza quedó morada al salir del hospital jajaja. Cuando llegué a tener una cantidad relativamente normal de leucocitos, estaba lista para irme a casa, pero empecé a estornudar, eso no era una buena señal. ¡Alguien me había contagiado de gripe! justo antes de irme a casa, ¿Por qué? ¿Por quéééééé?, no creía que algo así podría pasarme, esto ya era mucha mala suerte, aunque me sentía realmente frustrada, esta vez no lloré. La gripe solo duró un día y al siguiente ya pude irme. Era libre otra vez... nada más por una semana y media, algo es algo ¿Verdad?.
Me preparé psicológicamente para pasar una semana más en el hospital pero mi doctora me dijo que solo sería una dosis y con quedarme 24h en el hospital bastaría, ¡estaba tan feliz! no podía creerlo, antes de que me dieran el alta me sentía un poco extraña, como si mi temperatura corporal se  estuviera elevando, pero no presté atención (grave error), estaba muy entusiasmada con irme a mi casa... dos horas después tenía 38.5 °C de temperatura, esa noche llegué a 38.8°C, eso significaba que tendría que regresar al hospital y que tenía una infección, ¿Dónde?, no lo sabía, pensaba en las posibles causas: Nadie con gripe me visitó esos días, no comí nada inadecuado, yo simplemente no lo entendía y solo pensaba en las múltiples pruebas que tendrían que realizarme para descubrir la causa y cuanto dolerían. A la mañana siguiente regresé al hospital tardaron muchísimo en darme una habitación, sentía que me iba a desmayar esperando en la sala... aunque llegué a las 8:30 am, entré a la habitación a las 10:30 am y me canalizaron la vía a las 13:09 pm, al parecer la licenciada estaba muy ocupada y aunque hice que la llamaran varias veces porque debían administrarme los antibióticos que había dejado indicado el doctor, ella simplemente me mandó paracetamol para la fiebre y dijo que esperara. ¿Qué rayos? es un hospital privado, debían atenderme rápido, mi condición no permite que me hagan esperar por la medicación, estaba muy enojada y lo peor con fiebre. Me hicieron pruebas de sangre, rayos x y ecografías. Tenía una infiltración en el pulmón que podía volverse bronquitis, o ya era bronquitis, no lo entendí muy bien, lo que si entendía era que otra vez me llenarían de antibióticos. Al final... terminé quedándome una semana en el hospital, iban a mandarme a casa el lunes pero como el martes tenía la última dosis de quimio tuve que quedarme para no hacer los tramites nuevamente en el hospital. El martes llegó la doctora y dijo que en los estudios que me habían hecho al ingresar, había salido que había una bacteria dentro de mi implantofix, y que no podían ponérmela así que me mandaron a casa con antibióticos vía oral hasta la próxima semana que haya desaparecido completamente. Una infección en el implante que llevo dentro de mi, es algo muy serio... si no soy juiciosa y tomo mis medicamentos apropiadamente, tendrían que quitármelo y ponérmelo en el otro lado, eso implicaría una nueva cirugía, una nueva cicatriz en mi cuerpo que ya está lo suficientemente marcado y por supuesto más tiempo en el hospital y eso es algo que no quiero para nada.
Cada vez que estoy en el hospital y converso con mi doctora me cuenta de nuevos casos que tiene de leucemia son señoras, niños, ancianos, chicos...etc. La leucemia no tiene preferencia por sexo y edad, es importante que si estas pasando por algo así en este momento, te aferres a las personas que más amas, ellos te darán la fuerza que necesitas para seguir. Como me dijo mi profesor de matemáticas un día "Mientras existan los recursos... hay que luchar hasta el final", algunas personas dicen "Si Dios lo quiso así, no puedo hacer nada" esta frase me parece una excusa para su cobardía, Dios no quiere que mueras sin hacer nada... quiere que te aferres a la vida, que demuestres que eres una persona fuerte, que vas a salir de esto y volverte una persona más sensible hacia el dolor del prójimo, o bueno eso es lo que a mi me ha pasado. Quisiera empezar un grupo de ayuda psicológica para personas que estén pasando por momentos así pero no soy muy buena hablando con los demás, me expreso mejor escribiendo y tengo algo de miedo a fallarles. Esperaré a recuperarme totalmente para empezar a hacerlo, espero ser útil para los demás, espero ser útil por lo menos para una persona. Sean felices no importa que :D