sábado, 22 de febrero de 2014

El doctor cantante

El cumpleaños de uno de los doctores que me ha atendido durante este tiempo que he estado enferma, fue este mes. Lo aprecio muchísimo y para mi se ha convertido en un amigo con mucha experiencia con quien puedo conversar. El doctor cantante, como me referiré a él en esta entrada es una de mis personas favoritas y la primera vez que lo vi está guardada para siempre en mi memoria.Tenía 5 años de edad, estaba en el quirófano, supongo que para algún procedimiento. Recuerdo a un hombre que me parecía gigante, él era una gran sombra azul que me estaba poniendo una mascarilla para sedarme. cuando tenía eso en la cara y estaba un poco asustada, él de repente empezó a cantar -"Los pollitos dicen pío, pio, pío..." Hasta que me quedé dormida... estaba tranquila, imaginaba que nada podría ocurrirle a una niña a la que le acababan de cantar para dormir. Aunque no lo volví a ver en mi tratamiento de ese tiempo, o por lo menos yo nunca más lo reconocí, siempre recordaba a la persona que me había cantado, no sabía su nombre, ni su rostro, ni siquiera sabía que a los doctores como él se les llama anestesistas, pero ese recuerdo hermoso estaba guardado en mi mente. Cuando me detectaron leucemia por segunda vez, la doctora Paquita me dijo -"¿Te acuerdas del doctor que te cantaba cuando eras chiquita? Es él". Yo estaba tan feliz, no creía que al fin, esa persona tenía nombre y rostro. El doctor cantante siguió con sus repertorios cada vez que teníamos algún procedimiento, esta vez ya no me cantaba la canción de los pollitos, él cantaba otras que le gustaban más, pero seguía teniendo el mismo efecto tranquilizador en mi. Podrían llamarle masoquismo pero ahora prefiero que no me seden para hacerme quimioterapias intratecales (quimios inyectadas directo en la columna) o biopsias de médula ósea. Como quiero ser hematóloga considero que debo saber exactamente qué se siente, el dolor no me gusta, bueno ¿a quien si? Pero siento que mi cuerpo está tan sobrecargado de químicos que intento evitar la anestesia general y aguantar un poco para no tener tantos estragos después. Además, si no me duermo puedo conversar con los doctores y enfermeros/as para conocerlos y compartir con ellos, me encanta el quirófano, todos son tan amables y siempre tienen las palabras perfectas para mi. La anestesia local, me deja un poco drogada o bueno, creo que así se sentiría estar "high", me río, me río, me río y me río, los enfermeros se preguntan si estoy bien y la verdad, lo estoy, deben pensar que tengo daño cognitivo de tantos químicos jajaja. 
El doctor cantante, como la mayoría de los adultos, sabe bien que decir debido a su experiencia, en una de nuestras sesiones de intratecal recuerdo haberle dicho -"Me retiré del colegio" mientras trataba de contener las lágrimas. No me gusta llorar y peor frente a alguien. Él dijo -"¿Qué es un año, cuando tienes toda una vida por delante?", esta frase me retumbaba en la cabeza cada vez que me frustraba al ver que mis amigos ya estaban en la universidad y yo tendría un año más de colegio. Esto me ayudó a sobrellevarlo y aceptar mi realidad, que todo pasa a su tiempo y el mío no había llegado aún. En otra ocasión recuerdo que me dijo -"Después de tu papá yo debo ser el hombre que más veces te ha visto la nalga" me reí como loca al escuchar esto. Cuando eres un paciente y estas entrando y saliendo de quirófano, (algunas veces hasta 1 vez por semana) no sólo el médico te ha visto la nalga una infinidad de veces sino enfermeras/os y todo aquel que se cruce por ahí. Las primeras dos veces que te pones esa bata de enfermo próximo a cirugía, que es una cosa toda trasparente, no sabes donde esconder la cara porque sientes que todos en esa sala pueden ver tu desnudez, aunque te ignoran porque están sumergidos en su propio dolor, se siente como si te miran las pocas vergüenzas que cargas. Yo, que llevo muchísimo tiempo en este medio, ya me acostumbré a eso, me he vuelto toda una sin vergüenza (como alguna vez me llamaron jajaja) he optado por ignorar que estoy con la "nalga al aire" porque aunque me avergüence nada va a cambiar, igual tendrán que verme para inyectarme, así que me hice al dolor y me acostumbré. La ventaja es que que con los médicos es algo totalmente diferente, porque ellos están acostumbrados a eso y te miran sólo como su paciente. 
Una vez leí o escuché, no lo recuerdo con claridad, que los doctores no debían encariñarse con sus pacientes, opinión que es totalmente cruel. Un paciente necesita del apoyo, del consuelo y del afecto de todos, TODOS, los que lo rodean, en especial de su médico. ¿Cómo no encariñarse si tu médico se vuelve parte de tu vida? lo vemos más seguido que algunos amigos y por eso es que eventualmente surge el cariño. Un médico no cura sólo con los miles de conocimientos almacenados en su cerebro sino con amor, mucho, mucho amor. Un paciente con una enfermedad "catastrófica", como he escuchado que le llaman a este tipo de males, no necesita entrar al consultorio de su doctor y decirle: -" Me duele por aquí y por allá", para que luego este le dé una receta, se despidan y no vuelvan a hablarse hasta la próxima consulta. ¿Qué rayos es eso?. Un paciente no sólo está mal físicamente, su alma está rota, el dolor no solo es corporal, te duele en lo más profundo de tu ser, pensar que podrías morir, que podrías dejar a las personas que amas e ir a un lugar desconocido para el hombre, no es nada agradable. Los doctores se supone, son personas con un alto nivel de empatía, curar con el corazón es decir, con amor, debe ser algo hermoso y definitivamente quiero experimentarlo. Otra cosa que quisiera decir es que he notado que las personas e incluso doctores, piensan que ser anestesiologo es algo simple y no valoran su trabajo. Esto es mentira, porque ellos son igual de importantes que el cirujano o cualquier otro médico. Llevan en su espalda la grandísima responsabilidad de una vida porque deben ser precisos en administrar la anestesia, actuar rápido en cualquier emergencia y todo lo que caracteriza a un doctor, es una carrera tenaz. Admiro muchísimo a todos los anestesistas en especial a él. 
Por eso quiero muchísimo a mi doctora Paquita y al doctor Cantante porque ellos me curan con amor, con consejos, con mimos y me enseñan a luchar y a ser feliz a pesar de que no tengo una vida normal de una chica de 19 años (cumplí 19 el 18 de enero, yeihhhh). No soy normal, pero soy feliz, realmente feliz.

sábado, 15 de febrero de 2014

Una sombra me persigue...

Últimamente mi vida se ha complicado mucho,  me pasan cosas que parecen de un cuento macabro, empiezo a hartarme cada vez más y atormentarme a mi misma con pensamientos que nunca antes había tenido. Morir.
Por acontecimientos a mi alrededor me he dado cuenta de que la muerte ocurre más frecuente de lo que pensaba en un segundo, estas aquí y al siguiente ya no, que solo se necesita una excusa simple e incluso tonta para desaparecer; y yo, que vivo en constante riesgo de muerte, recién a un año y ocho meses de haber descubierto que era una chica con LLA *otra vez* le tengo miedo a morir. Nunca había considerado la opción de que yo, Andrea Carolina, pueda morir en una de mis interminables visitas a la clínica, no comprendía porqué mi doctora se preocupa tanto cada vez que me daba fiebre, o que me rete para que no me exponga  y no tener que regresar por una infección, pero ahora sí, ahora estoy consciente, es porque puedo morir. Para hacer un resumen de todo lo que me ha sucedido estos últimos meses, tuve infecciones cada vez que me ingresaron al hospital, *cuatro veces más (creo jajaja)* tuve cirugía para remover mi implantofix. Primero: Implante infectado y posteriormente removido, en el siguiente ingreso tuve fiebre otra vez ya que se me disparó una infección en los pulmones (causada por mi propio cuerpo por las defensas constantemente bajas), Segundo ingreso: Fiebre otra vez ni siquiera recuerdo el por qué. Tercer ingreso: Infección en las vias urinarias que se complicó aun más porque las enfermeras confundieron las indicaciones de mi protocolo de quimioterapias y me pusieron la quimioterapia del día 1 junto a la del día 2, después de recibir aquella bomba de quimioterapia me sentí a morir, creo que casi se me salio el estomago por la garganta de tanto vomitar, al siguiente día le dije a mi doctora que era muy mala por no ponerme la medicina para las nauseas si me iba a poner la quimioterapia vomitadora, ella dijo que la quimio vomitadora era para el día 2, así que reviso mi carpeta, cuando llegó me dijo que me habían puesto ambas dosis... no sabia que pensar, estaba realmente asustada, nunca me habían puesto mal la medicación y no sabia cuales serian los efectos secundarios, hasta que empezaron... 
En primer lugar las nauseas imparables, como sea he aprendido a manejarlas y trato de mantener la comida dentro de mi porque por ahí me dijeron "Enfermo que come no muere", después empece a sentir fiebre, ya ni siquiera me sentí frustrada solo llame a mi mama y le dije "Tengo fiebre... otra vez" luego, esperé a que alguna enfermera llegara a mi habitación porque no podía levantarme de lo cansada que estaba y le dije "Tómeme la temperatura, tengo fiebre", se lo comuniqué a mi doctora también, bueno en conclusión tuve fiebre, escalofríos, dolor de huesos, no tenia fuerzas para levantarme, dolor de estomago, constipación y nauseas pero lo aguanté, no tuve el valor de preguntar cuando me dejarían salir porque no quería escuchar lo que sabia que dirían "Todo depende de como salgan tus exámenes, debes esperar", cuando el doctor dijo que era una infección en las vías urinarias, que la bacteria era bastante resistente y que en el laboratorio no encontraban el medicamento al que era sensible, sentí un escalofrío recorrerme la espalda, tuve miedo. Los resultados de los exámenes me provocaban ansiedad, en especial el ecocardiograma, tenian la sospecha de que las fiebres eran provocadas por vegetaciones bacterianas en mi corazón y que ese examen las revelaría, *escalofrios en la espalda otra vez*, pensé que aquello era una excusa perfecta para morir en cualquier momento, porque los síntomas no ayudaban nada a tener otra idea,  pero me dije a mi misma que no debía desesperarme y que debía aguardar al día de la liberación cuando dijeran "Todo está perfecto, todos tus examenes estan normales". Fue un día lunes, cuando 8 días de encierro habían terminado y por fin me iba a casa, sabia que ahí estaría mas cómoda y me relajaría ya que en el hospital me era muy difícil dormir.
En mi hogar seguía sintiendo mucho dolor, eran los efectos de mi bomba de quimio y lo único que podían hacer por mi era darme relajantes que no me hacían efecto, pero cuando todo esto pasó, habia sobrevivido una vez más y estoy aquí sentada escribiendo. El lunes 17, empezaré exámenes de grado en el colegio, estoy próxima a terminar mi ultimo año y a empezar mi camino para ser doctora, sigo en tratamiento pero eso no es un impedimento, he aprendido a adaptarme a mi realidad, creo que yo no le inspiro lastima a nadie y todos me ven como una persona normal porque siempre he demostrado ser una persona fuerte y eso es lo que me mantiene. Hoy tuve la visita de la mamá de Jhonsito, él es un niño que tiene leucemia y empezó su tratamiento un mes después de mi, vamos a la par. Ella dijo que había leído mi blog y que al leerlo empezó a entender mejor a su hijo, la manera en la que él se siente, que con mi blog ayudo a padres a comprender la manera en la que sus hijos están viviendo y ponerse en los zapatos de ellos, me sentí tan feliz de saber que en serio soy útil para alguien :DDDD. Ahora si a estudiar para graduarme con buenas notas, deséenme suerte :DDD