viernes, 14 de noviembre de 2014

Las cicatrices son historias que contar

Como siempre, cuando tengo que estudiar es el momento en el que me viene la mejor inspiración. Toda excusa es buena para matar el tiempo. 
Últimamente he estado pensando en mi, ya no desde el punto psicológico, más bien del físico. Hubo un tiempo en el que me sentía insegura sobre mi apariencia, algo que es bastante normal en adolescentes y postadolescentes, y es a mi inseguridad y a ese deseo de estar delgada y "bella", al que le atribuyo en un alto porcentaje, el haberme enfermado. El hecho de saltarme las comidas o no comer vegetales ni frutas adecuadamente no es de lo que quiero escribir, sino de las cicatrices que me ha dejado esta guerra, ya que por un tiempo me hicieron dudar de si algún día alguien se fijaría en mi, sin importarle mis "imperfecciones" (creo que todos hemos tenido pensamientos como estos en algún momento.) 
En conversaciones he escuchado términos como "esas asquerosas, horribles, desagradables, feas cicatrices" no a las mías, pero si en general. Directamente he recibido comentarios como "¿No has pensado comprar tal crema para que se te borre la cicatriz?" Y la verdad es que no, ni pienso hacerlo. No pienso tratar de borrar algo que es la prueba de mi historia, algo que me recordará el resto de mi vida que atravesé el Averno y salí de ahí; de que no me rendí, de que aunque pasé por cosas muy duras pude resistir. Yo siempre he pensado que las cicatrices son historias que contar, siempre habrá alguien que pregunte "¿Por qué tienes esa cicatriz?" Y yo siempre estaré dispuesta a responder. La cicatriz que tengo en el pecho por la colocación del implantofix, es la que me gusta más, me parece sexy, me encantaba que se notara con el traje de baño. Al principio me costó un poco acostumbrarme a ella, pero ahora me he dado cuenta de que me encantan mis cicatrices. No me importa si a alguien le parecen feas, lo que importa es como yo las vea, y para mi son hermosas. 
Debido a los actuales estándares de belleza, muchos hombres no aprecian el valor de una cicatriz, las aborrecen, les parece desagradable que una mujer esté marcada por la vida, cosa que es un grave error porque podrían estarse perdiendo de escuchar la mejor historia de sus vidas. 

sábado, 1 de noviembre de 2014

Recuerdos

Aprovechando que he decidido tomarme unas horas de la mañana para descansar antes de empezar mi día de estudios, haré lo que más me gusta: Escribir. 
No he escrito hace mucho tiempo y la verdad es que ya me hacía falta, mi vida se ha vuelto más normal porque ya no tengo que ir al hospital tan seguido, sólo debo tomar pastillas diarias pero creo que ya me he acostumbrado a eso y para mi no es ningún problema. En mis vacaciones la he pasado muy bien, he disfrutado y me he olvidado por un rato de todo. Se siente tan bien dejar la rutina, aunque sea por un par de semanas. 
Han pasado muchas cosas interesantes esta semana, he empezado la universidad nuevamente, me he encontrado con muchos de mis amigos en el curso en el que estoy pero mi horario es demasiado cansado, 43veces a la semana debo estar desde antes de las 7:00 AM hasta más de las 8:30 PM. Al terminar esta semana he sentido que ya llevo muchísimo tiempo en clases, ha sido cansadísimo. Pero he decidido hacer mi mejor esfuerzo, no es cuestión de ser el mejor sino de dar lo mejor y a veces eso da recompensas y terminas entre los mejores promedios de tu ciclo *como me pasó* :) 
Las clases son muy interesantes, bioquímica me encanta la cátedra del doctor con el que he escogido, neuroanatomía es estresante, el doctor está sentado en el escritorio a las 6:30 AM (no sé si antes porque no he llegado antes de esa hora), se pone una silla adelante y él llama según su lista a una persona para que le hable del tema que él le pregunta, aunque no es una persona de apariencia intimidante, su edad y su sabiduría lo son. Aún no he sido una de los afortunados en salir adelante pero espero no quedar en vergüenza en el momento que hhlo haga, para eso estudio muchísimo. La verdad neuroanatomía no es algo que me emocione demasiado, pero es algo que debo dominar. 
Ya ha transcurrido otra semana de clases y he hablado con uno de mis nuevos amiguitos sobre mi enfermedad, siempre olvido que los demás no están tan relacionados con la palabra "cáncer" como yo, y para ellos es muy chocante cuando se enteran de que yo, que me veo tan normal, esté pasando por algo así cuando ellos jamas se lo hubiesen imaginado gracias a  mi aspecto, hablar con él me hizo recordar muchas cosas que enfrenté y que no he escrito. Así que compartiré un par hoy.
Recuerdo claramente, era octubre del 2012 había empezado una fase de consolidación de quimioterapias (las mas duras del periodo) mis defensas habían caído dramáticamente y estaba muy vulnerable. Cuando era hora de canalizarme la vía (pinchando en el implantofix ) la licenciada se equivocó así que saco la aguja y volvió a pincharme y antes de que yo pudiera decir "¡NO!" la aguja ya estaba adentro, yo sabía que iba suceder, sabía que eso me provocaría una infección, pero tenía fe.... tal vez Dios no dejaría que suceda, tal vez tendría suerte y tal vez, solo tal vez, yo terminaría esa sesión y podría regresar a mi casa por un par de días antes de empezar la siguiente semana de quimios en el hospital, pero no... al siguiente día, me sentía tibia, pies y manos helados y me venían pequeños escalofrios. Ya sabia que significaba eso, pero seguía con fe, tal vez la quimioterapia estaba reaccionando de esa manera, jaja siempre tratando de ser positiva jaja. La temperatura empezó a subir muy rápido y llegaron los laboristas, uno tras otro a sacar sangre y mas sangre, imágenes, tomografias, rayos X y todos los exámenes posibles para saber qué había sucedido. Al final era una bacteria en mi implante. como estaba tan sensible, los síntomas no fueron muy suaves. Mis fiebres subían a 39,5 ºC, escalofrios y yo no tenia fuerzas ni para ir al baño, aguantaba lo más posible, mi hermana me daba de comer porque no podía levantar mis brazos, y las nauseas, ay no, las nauseas. Así fue como pasé un par días, empezaron a controlar mis fiebres, mi doctora dijo que después de pasar 48 horas sin fiebre, tendría que pasar 3 días más con antibioticos y que después podría irme a casa. Así que cada vez que mi fiebre se quitaba, yo empezaba a contar las horas... 8 horas, 12 horas, 15, ¡que felicidad! Hasta que en la madrugada solo escuchaba una voz que me decía "Andreita, chiquita tienes fiebre otra vez, tengo que llamar a la doctora, ya te traigo hielo... esperame" Que frustración, tenía que empezar a contar las horas otra vez, eso como mínimo significaban 4 días mas en ese hospital. Ya tenía 10 días ahí, y empecé a deprimirme, estaba cansada, ya no quería estar así, quería que todo acabara... Sentía que la vida se me estaba yendo.  ¿Por qué tenía que ser yo la niña enferma?¿Por qué no podía estar en el colegio con mis amigos? ¿Por qué estaba desperdiciando mi adolescencia en un hospital? Hay una sola  respuesta y es muy simple: Porque quiero vivir.
Mi prima Marisol fue uno de esos días a visitarme, hizo que me levantara, que caminara un poco, me habló y me hizo compañía, ella me dio un poco de la fuerza que me faltaba para seguir y así lo hice. Empecé a mejorar y salí del hospital en 5 días más :). Lo que aprendí de esto, es que la compañía de las personas que amamos, en momentos como estos son de mucha importancia.. Yo lo veo así: Las personas a nuestro al rededor son como pilares, cuando resbalamos y no tenemos fuerza para levantarnos solos, nos apoyamos en ellos, y así es un poco más fácil. Un poco de tu tiempo, tu compañía podría darle la fuerza necesaria a alguien para levantarse cuando está hundiendose en la depresión... ahora si, a estudiar neuro porque tengo que aprovechar el tiempo jajaj espero encontrar otro momento para escribir :) pero antes, debo admitir que me encanta decir que estos son solo recuerdos.

viernes, 18 de julio de 2014

Sobreviviendo

He ido a una de mis infinitas citas periódicas con mi hematologa favorita (la doctora Ramírez), y me ha dado un par de noticias muy buenas :D. La primera: Ya me dieron una fecha aproximada para el trasplante de médula. Yo sabía que eventualmente tendría que someterme a este procedimiento, pero cuando uno no sabe exactamente cuando sucederá, lo ve tan lejos que no lo siente como algo tan relevante. Estaba mentalizándome para que lo realicen el próximo año, en algún mes, en algún día desconocido, pero resulta que será en aproximadamente cuatro meses....¡¿QUÉÉÉÉ?!. Así que me toca prepararme psicológicamente para esto un poquito más rápido de lo previsto.
El trasplante *suspira hondamente*, el trasplante me asusta, me aterroriza. Sé que todos le tenemos miedo a lo que no conocemos, y por más que he leído como lo realizan, sé bien que no tiene ni punto de comparación con lo que en realidad me sucederá, con todo lo que podría sentir, mejor dicho, con todo lo que voy a sentir. Todos dicen que debo estar tranquila, que todo estará bien y lo sé. En serio. Estoy segura de que nada saldrá mal, pero... ¿y las miles de preguntas que atormentan a mi cabecita loca? ¿Cómo me las respondo?. Muchas cosas me pasan por la mente, y sé que no debería atormentarme con cosas como esas, pero, ¿qué puedo hacer?. Entre las más frecuentes siempre está: ¿Qué tal será la comida en ese hospital? o  pensamientos como: "Rayos, costó mucho que mi cabello crezca hasta este tamaño, tendré que volver a la calva sexy", pero la pregunta más importante es ¿podré continuar estudiando medicina después de esto?.
Después del trasplante, volveré al cautiverio por un tiempo, a cuidarme excesivamente para evitar infecciones y tardaré un poco en volverme a adaptar al mundo exterior. Sé que estaré cansada, vulnerable, y que tendré que tomar inmunosupresores por el resto de mi vida para evitar que mi cuerpo rechace el injerto, estoy segura que las infecciones me tendrán como un blanco fácil y que esto tal vez ponga mi vida en riesgo... *suspira* ¿Debería buscar otra cosa que pueda hacer? ¿Debería desistir? ¿Qué debería hacer?.

He escrito la primera parte el día que me dijeron lo del trasplante. Ha pasado una semana y he seguido atormentadome con lo mismo, pero esta vez he decidido que viviré mi momento. Ahora soy una estudiante de medicina, trataré de disfrutarlo, más bien, lo estoy haciendo. Algunas materias se me hacen difíciles, no soy excelente pero creo que no me va tan mal. He decidido que pensaré en mi futuro en su momento. Así que no me preocuparé por eso ahora. Como me dijo mi profesor de anatomía "No te rindas" y no lo haré. Rendirse no es parte de mi vocabulario, no soy de esas. *pero si que está siendo difícil*.

He estado escribiendo esta publicación poco a poco por mi falta de tiempo. Han pasado dos semanas desde que escribí el último párrafo. Del  7 al 12 tuve exámenes del primer parcial en la universidad. Me fue relativamente bien excepto en anatomía teórica. Espero lo peor jaja. He estado en lo correcto al esperar lo peor, según mis cálculos matemáticos me fue un 6,40/10 en el total de Anatomía, ahora me va a tocar esforzarme más para hacerlo bien, pero en serio que se me hace muy difícil, y no entiendo bien, creo que tanta quimioterapia terminó tostándome el cerebro. No puedo imaginar agh, he optado por estudiar todos los días pero igual, no es suficiente y es frustrante sentirme tonta. No puedo hacer más que seguir insistiendo en esto. El agua puede romper una roca por su constancia ¿verdad? Sé que de alguna u otra forma terminaré aprendiendo anatomía, tengo que. Resulta que mis promedios quedaron bastante bien, y me siento bastante feliz porque todos dijeron que el primer parcial iba a ser el más difícil y sobreviví :D, ahora espero sobrevivir a anatomía. 

Hoy Julito, un señor que conocí en la pastoral me ha dicho que debo ser una "Kung Fu Panda". Ser una Kung Fu Panda significa ser estudiosa, buena gente con los demás y más que todo tener ese deseo de servir. Que a pesar de que todo se vuelva difícil, mantener esa voluntad de seguir en el camino, que pueda soportar y dar lo mejor de mi. De eso se trata querer ser médico, de la predisposición de servir al prójimo, a ser sensibles hacia su dolor. He escuchado de alguien que quiere ser médico porque los médicos ganan mucho dinero. y me dije a mi misma ¿Qué clase de médico llegará a ser este chico? Espero que en el camino cambie de ideas.   
Como siempre me han gustado las frases celebres, aquí hay una de las que más me gustan

"¿Por qué contentarse con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar? - Hellen Keller. 

lunes, 16 de junio de 2014

Segundo aniversario

He aprovechado este tiempo en el cubículo "A" de la unidad de quimioterapias para escribir un poco. Junio es el mes de mi aniversario, acabo de cumplir dos años en tratamiento (13 de junio). Me emociona darme cuenta de que he soportado bien, de que no me he rendido y que cada día falta menos para terminarlo de una vez. Dos años en tratamiento representan muchas horas de dolor, de lágrimas, frustración y angustia, pero también representan perseverancia, fe, amor incondicional, amistad, fuerza y paciencia. Aún no puedo asimilar que ya hayan pasado 24 meses desde que toda esta historia comenzó y no puedo creer que esté a unos cuantos meses más de cerrar este capítulo de mi vida, que espero sea para siempre. 
No he podido seguir escribiendo porque la universidad consume la mayoría de mi tiempo, llevo un mes siendo una alumna más de la hermosa y dura carrera de medicina. Hago mi mejor esfuerzo, pero creo que no es suficiente, mi cuerpo no soporta tanto como el de los demás y no puedo desvelarme noches enteras para estudiar, trato de aprovechar el día estudiando todo lo que puedo y así descansar de 1:30am a 6am. Todos dicen que no debo esforzarme tanto, que el estrés es perjudicial para mi, pero estudiar medicina lo demanda. Mis compañeros en la universidad no saben que sigo en tratamiento, y no quiero que lo sepan. No porque me avergüence ni mucho menos, pero prefiero que sea así. Mi enfermedad no me define y es algo irrelevante que no necesitan saber de mi. He conocido muchísimas personas en la universidad, me hace pensar que es como una selva. La diversidad de las personas es increíble y uno encuentra de todo. He conocido personas bastante agradables con las que me gustaría tener una buena amistad. *Wow, ya son dos años* 
He pensado mucho en las relaciones entre los humanos, nosotros a veces pretendemos saber sobre todo lo que nos rodea y suponemos cosas sin saber lo que esa persona esconde detrás de su rostro. A veces me pregunto que pensaran las personas de mi y luego me digo a mi misma "Carolina, como si eso de verdad te importara" y se me pasa. Lo que si me importa es cuando los demás dicen cosas que no deberían, cuando son groseros conmigo o los demás. No puedo evitar decir lo primero que pienso, y creo que eso no les parece muy agradable a los demás... 
Disfruto las clases de práctica de embriología, anatomía, biología e histología pero cuando llega anatomía teórica, voy encrispada a cada clase jaja aún no le cojo el tino para estudiar la teoría, se me hace más fácil la práctica. Espero poder resistir, ya resistí cosas peores, puedo con esto ¿verdad?. Siempre pienso en que si otras personas han podido, por qué yo no podría. Será difícil, está siendo difícil *vaya que difícil* a veces siento que quiero dejarlo todo y salir corriendo, que quiero llorar porque no capto rápido como los demás, porque me frustro de haber perdido puntos en lecciones por no fijarme en ciertas cosas, sabiendo las respuestas correctas, porque me estresa tener que leer capítulos de 40 páginas cada uno cuando me demoro 1 hora por cada 6 páginas intentando descifrar y entender lo que Latarjet trata de decirme y no poder hacerlo del todo. Nada de eso importa porque lo he decidido, esto es lo que quiero, sé que vale la pena. Sé bien que las cosas que te cuestan mayor esfuerzo son las que te traen mayor satisfacción. Y medicina es eso, esfuerzo. "Medicina no es una carrera de velocidad sino de resistencia" como dicen los de la Asociación de medicina de la UCSG, y tienen razón. Tengo que resistir, puedo resistir. *He terminado de escribir mientras estudio laringe, porque si no me distraigo un poco terminaré bloqueada*
                       
  Día de quimioterapias 01/06/2014                 Clases en la UCSG/ Brayan :)


                              
         Clases en la UCSG/ Carlos :3                                   medicoblasto & seudoabogada      





                                                                                                 
                                                                                                 


sábado, 26 de abril de 2014

Sintiéndome un poco "normal"

En mis ratos libres (que cada vez son menos) me he puesto a pensar y tratar de comparar mis dos experiencias siendo una paciente "inmunodeprimida". He estado haciéndome la misma pregunta una y otra vez: "Ahora que he tenido leucemia de niña y una vez más siendo grande ¿Cuál considero que ha sido la vez menos agradable?". Aún no puedo responderla con total seguridad, ya que ninguna de las dos ha sido una maravilla jaja, en ambas encuentro cosas que quisiera olvidar y decir que no han sido más que una pesadilla, pero hay otras que resultaron ser muy buenas, son enseñanzas que me han hecho crecer como persona, podrían llamarse buenos momentos. Los malos, aunque abundaron, trato de que queden fuera de mi mente, pero son necios, no quieren dejarme.
Considero que ha sido un poco más difícil ahora porque lo estoy viviendo y todo está fresco en mi mente mientras que lo que pasó en el pasado, no es mas que eso, algo que pasó en el pasado. Es un recuerdo, que a medida que pasa el tiempo se va desvaneciendo de mi mente. He empezado a considerar muchas cosas que no tenía idea de pequeña, tengo que ser responsable de mi misma, de mi medicina. Me he vuelto una chica independiente, trato de que mis padres tengan menos preocupaciones de las que ya tienen por culpa de mi enfermedad. Como soy mayor de edad, ya puedo ingresarme sola a la clínica, así que el día que tengo que ingresarme simplemente me aparezco allá y le digo a la señorita -"Vengo por tratamiento" ella mira a todos lados y pregunta -"¿Y tu mami? Necesito a un adulto que firme  esto por ti" a lo que contesto -"Yo soy mi propio adulto responsable" Como ya llevo tanto tiempo aquí, ya saben el protocolo así que me entregan los papeles para que los firme y listo.
 Lo negativo de cuando eres grande es que sabes leer y que el internet está al alcance de tu mano, ya no eres un pequeño niño ignorante sobre tu situación, no, ahora eres un adulto que puede leer las posibles consecuencias y psicosearse un poco como me ha pasado. Grave error. 
Otra cosa que me he estado preguntando es ¿Cómo rayos asimile esta noticia tan "bien"? Tanto de niña como de post-puberta, no me sentí afligida, ni asustada, no sé si sea porque me acostumbré, por así decirlo, a la vida de enferma o esa es mi personalidad. No me he dado por vencida y sé que nunca lo haré, supongo que eso es lo que me ha mantenido viva. La mente es tan poderosa que si al momento de despertar decides ser feliz el resto del día, es seguro que así será. Y eso es lo que he tratado de hacer desde que empezó toda esta pesadilla. -Carolina todo va a estar bien, hay que soportar un poquito más.
He empezado a integrarme nuevamente en la sociedad, ahora como una universitaria. Aunque me han dado un descanso del tratamiento me siento consumida. No encuentro tiempo para escribir, así que dejo un momento de estudiar o dormir para hacerlo. Siento que poco a poco vuelvo a ser una persona normal y me asusta. Me asusta que sea tan fácil acostumbrarme  a lo bueno, a no sentir dolor diariamente. Me asusta el momento en el que tenga que regresar a mi vida de enferma, para realizar el trasplante y que me tome nuevamente un tiempo acostumbrarme a todo esto. Pero qué más da ¿verdad?. Ya lo hice un par de veces antes, lo puedo hacer un par de veces más, o las veces que sean necesarias. Siento que falta tan poco, tan poco para que este martirio termine. 

sábado, 29 de marzo de 2014

Me tambaleo mas no caigo, la continuación.

Bueno, mi estadía en el hospital no terminó tan bien como esperé. El lunes empecé a sentir escalofríos, traté de mantenerme positiva y atraer las buenas energías diciéndome: -"Tranquila Carolina, esto no es fiebre... La quimioterapia puede tener estos efectos, tranquilízate y no la invoques", pero pasaron las horas y mi cara empezó a tornarse roja, los escalofríos aumentaron su potencia y empecé a estremecerme con mucha más fuerza, durante mucho más tiempo. Sabía bien que significaba eso: Bacteremia. Llegó la avalancha de exámenes para determinar qué se había infiltrado en mi débil sistema, me pincharon 3 veces en menos de 10 minutos, tomografías pélvica y torácica (revisar mis riñones y pulmones por posibles infecciones), cultivos y más cultivos. En la tarde recibí la visita del doctor cantante y me dijo -"Te fuiste al campo de paseo ¿verdad? ¿Te hicieron exámenes de dengue?". Llamamos a la doctora y la señorita del laboratorio llegó a extraerme más sangre. ¿Por qué? ¿Por quéééé?. Ahora a esperar los resultados que toman alrededor de 3 días (los cultivos de bacterias). El Doctor que me atiende en estos casos, dijo que sospechaba de bacterias BLEE y me mandó a leer sobre ellas. Las bacterias Betalactamasa de Espectro Extendido (BLEE) alias "Bacterias apocalípticas", dieron positivo. Resulta que estas pequeñas, son resistentes a la mayoría de antibióticos (penicilinas y cefalosporinas) y debían administrarme medicina por vía intravenosa, durante siete días para poder erradicarlas. Las desgraciadas habían aprovechado las quimioterapias para ponerse en manifiesto y revivir una vez más la pesadilla de la bacteremia. Yo ya llevaba cinco días encerrada y el solo hecho de imaginar siete días más ahí, fue insoportable. De todos modos, sabía que era la única forma de deshacerme de las bacterias apocalípticas que me estaban amenazando. Ley de supervivencia: ellas o yo, ¡Definitivamente yo!. Así que me relajé, y le dije al doctor -"Libéreme cuando usted lo crea adecuado, usted decida". Estoy harta de estar con bacteremias cada vez que ingreso al hospital y retrasar mi tratamiento, así que si siete días más, representaban tranquilidad en los próximos tratamientos, bienvenidos sean. Me sentía normal, los escalofríos habían disminuido considerablemente. Lo único que realmente me afligía era la comida, el olor era insoportable para mi (los demás la consideran deliciosa), así que pedí permiso para que me trajeran comida desde mi casa, esto hizo mi estadía más llevadera y menos traumática. Cuando llegaba la comida le decía al repartidor -"Noooo..¿Por qué lo hace señor? ¿Por qué tiene que alimentarme?" Ellos sólo sonreían y me decían que esperaban que me recupere rápido.
El tiempo en el hospital pasó muy rápido, hasta me sorprendí. Terminé de leer un libro. Utilicé una de las técnicas más eficaces pero menos entretenidas para pasar el tiempo: Estudiar. Vi vídeos en Youtube de anatomía, clases virtuales de biología y química. ¡Bendito sea el internet!. Mi examen de admisión en la universidad se acercaba y yo seguía metida en esa clínica, pensaba que tal vez no me dejarían salir a tiempo y me estaba preocupando. Llegó el día martes y el doctor me dio de alta. Once días de encierro habían terminado y yo estaba sana.
Llegué a mi casa, extrañaba mi cama y poder dormir la noche entera sin que a la maquinita de los sueros se le ocurra, casualmente, sonar 3 veces por la noche. Parecía mal intencionado. Dormí, dormí y dormí. Mi mamá siempre dice que eso ayuda a la recuperación, descansar de no hacer nada jaja. Al siguiente día dije -"Carolina, es hora de seguir estudiando para ese examen". El día viernes 21/03 me presenté al examen y espero haber aprobado. Y si no lo aprobé, seguiré intentando hasta lograrlo.
Trato de equilibrar mi vida: el tratamiento, mis estudios y tratar de vivir lo más normal posible, demandan de todo mi tiempo, pero uno termina acostumbrándose. Siempre he pensado que las cosas que nos cuestan más trabajo son las que nos traen mayor satisfacción. El otro día mientras veía una película, me llegó una frase: -"No siempre se puede entender por qué Dios hace ciertas cosas, pero todo es parte del gran plan que tiene para nosotros.". Tal vez todo esto no es más que un plan para mi futuro, o incluso para mi presente, no lo sé. Tal vez ni siquiera es un plan, pero yo quiero creer que si lo es. Cuando algo no sale como quiero trato de darle la vuelta y buscarle el lado positivo, así sea algo mínimo, por ejemplo: conocer a una persona amable es suficiente para mi, eso lo mejora, esa es mi razón escondida para que las cosas hayan pasado de esa manera. No sé si ya me volví loca, o me volví alguien realmente positiva y agradecida, pero me funciona.
Primera buena noticia de la semana: no más quimioterapias pesadas para mi, pasaré a mantenimiento hasta nuevo aviso. La fase de mantenimiento es la gloria porque ya no tendré que pasar semanas enteras en el hospital sólo ir unas cuantas horas, una vez al mes, tal vez tomar pastillas, según ordene la doctora y ya. Es prácticamente ser una persona normal. ¡Aleluya!.

Segunda buena noticia: Empezamos la búsqueda de un donador de médula 100% compatible conmigo para poder realizar el trasplante.

Tercera buena noticia: Aprobé el examen de admisión en la universidad, oficialmente estoy dentro de primer semestre de medicina. 


  Ha sido una maravillosa semana gracias a Dios. Espero que hayan encontrado aquello que hizo su semana, una semana hermosa :)



domingo, 9 de marzo de 2014

Tambaleo mas no caigo.

Creo que la gente le llamaría "Colapso emocional" a la manera que me comporté en diciembre y hace algunos días atrás, no me siento nada orgullosa de haberme derrumbado por un momento pero, no podemos ser fuertes todo el tiempo ¿verdad?. En diciembre mi cabello estaba lindo y relativamente "largo" pero después de 3 semanas de recibir mis dosis de quimios empezó a caerse. ¡Que pesadilla!, trataba de tomarlo de la mejor manera, ya crecerá nuevamente, esto es normal. Yo misma me alentaba con estas palabras y mi familia también. Mi asunto era que no quería perder el cabello para la graduación, quería sentirme linda con mis pequeños rizos y todo eso, pero cuando mi cabello empezó a caer y se me veían unos huecos en la cabeza debido a la alopecia, yo no me sentía nada linda, estuve a punto de raparlo completamente en varias ocasiones (debido un poco a la frustración) pero me decían "Carito, espera un poco verás que se dejará de caer" Es que era la tercera vez en 18 meses que se estaba cayendo, ya era demasiado para manejarlo de una buena manera. Pasé llorando algunos segundos al día, durante varios días. Lloraba al caminar o al sentarme. Así que un día mi mamá me vio y preguntó qué me sucedía, no pude controlarme y me rompí. Lloré, grité, me arrodillé en el piso, abracé a mi mami y seguí llorando durante algunos minutos. Estaba harta (un sentimiento que me está persiguiendo mucho últimamente), mis tíos y primas que estaban ahí me abrazaron también, seguí llorando hasta que me tranquilicé sola. Al final, no lo rapé y dejé que el resto de mis rizos esponjosos cubran un poco los espacios vacíos. ¡Se dejó de caer! ¡Yippie!. Ahora la sesión de enero me asustaba, si la de diciembre me dejó así, yo suponía que la de enero me arrancaría mechones más grandes, pero por "suerte" tuve una infección (nuevamente) que impidió que culminaran mi protocolo. Ahora febrero... Señor ¿por qué no me dejan en paz?. Mis sesiones coincidían con los exámenes de grado y la incorporación así que le pedí a mi doctora que aplacemos el tratamiento para poder culminar mi último año de estudios y ella aceptó. ¡No me pondrían la sesión de febrero! ¡Mi cabello ya no se caería más! *por ahora* Estaba tan feliz, tan feliz, tan feliz. Di mis exámenes de grado, fui a una emotiva y hermosa incorporación en la que me mencionaron por mi fuerza y dedicación y luego la fiesta de graduación a la que asistí como una "Romana" como algunas personas dijeron. Llegué a mi casa a las 8:30 am del siguiente día, después de haber bailado y visto el amanecer con mis amigas (la primera vez que lo hago) y estaba lista para empezar mis quimios el día lunes. No recordé que era feriado y mi doctora lo post puso para el miércoles. Olvidé mencionar que una semana antes me había hecho unos exámenes y tenía una bacteria muy resistente en mi cuerpo, gram negativa (he estado estudiando) así que habría que esperar un poco más de tiempo hasta que el antibiótico haga efecto, así que el ingreso siguió post poniéndose hasta el viernes, el día que "colapsé emocionalmente nuevamente", después de estar inmaculada de medicamentos, me sentía totalmente normal y parecía que había despertado de una larga pesadilla, entonces me sentía nerviosa de regresar a mi rutina de enferma, la asquerosa comida del hospital, miedo a que las enfermeras cometan un nuevo error, todo revoloteaba en mi cabeza, además de que por la infección bacteriana tengo el riesgo de desarrollar una Bacteremia (infección general con estragos muy fuertes), que he venido experimentando en cada ingreso, y ya he pasado por eso creo que los últimas seis veces, me asusté y colapsé. Todo comienza con una pequeña lágrima que logra escapar, me doy la vuelta para que no me vean y me hago bolita. Luego, mi mamá dice que está bien llorar y término haciéndole caso, no se acerca a mi... Lloro, grito, pataleo, golpeo el colchón hasta que me tranquilizo sola, sintiéndome ridícula. Ella viene a mi y comienzo a llorar nuevamente -"Má, tengo 19 años ¿por qué tengo que vivir así?, "Mami, sáqueme de aquí, no quiero estar aquí", "Estoy harta". Me arrepiento tanto de haberle dicho estas cosas, haber hecho que se sienta impotente al no poder hacer nada por mi. Apuesto a que todas las madres como ella, darían la vida por cambiar los lugares con sus hijos pero no, no hay manera de hacer el trato con el de arriba. Le toca ser fuerte al que le toca. Mi mamá me dijo que ella y yo somos como un "Guinguiri-gongo" que cuando yo estoy arriba, ella abajo y viceversa. Ahora era el turno de que ella me tranquilizase y como siempre, lo logró. 
Ahora estoy aquí en mi habitación, escribiendo para distraerme de mi encierro y esperando que no se me desarrolle ninguna Bacteremia, para así poder irme a casa el miércoles. Aunque tengo que regresar el próximo mes, no importa. Estoy decidida a cumplir con mi protocolo, a vencer definitivamente mi cáncer. Sé que lo voy a lograr porque tengo la bendición de unos padres maravillosos que se esfuerzan día a día por mi y mis hermanos. Porque estoy segura, porque aunque tambalee no me voy a caer, y espero que nadie que esté pasando por una situación difícil lo haga. Porque la vida es hermosa, porque los pequeños detalles hay que saberlos apreciar, porque tengo metas y porque las quiero cumplir. No soy más fuerte, ni más valiente que nadie, sólo que mi vida se convirtió en esto, en una lucha constante. 
Hace unos días me regalaron un libro que se llama "Tambaleo mas no cedo" de Luca Lisignoli, al parecer todos  nos sentimos así, como dice él "tambaleo, pero no cedo, no me rindo, no me caigo, no suelto"  esto de tener cáncer o cualquier enfermedad, o perder a seres queridos, o cualquier cosa que nos altere psicológicamente, es algo que nos hace tambalear como si un terremoto se situara bajo nuestros pies, pero que está solo en nosotros y las personas a nuestro alrededor, tambalear mas no caer. Me he sentido bastante identificada con sus palabras, me dan ganas de escribir un libro también, ser útil, dar esperanza. Espero algún día no muy lejano hacerlo. 


Directiva del plantel :D

Recién graduada
                                                   

Mis mejores amigas me acompañaron en la incorporación.
Mi doctora estuvo en mi incorporación también :D



Mis papás y yo en la fiesta de graduación. 

El mejor papá del mundo :3

sábado, 22 de febrero de 2014

El doctor cantante

El cumpleaños de uno de los doctores que me ha atendido durante este tiempo que he estado enferma, fue este mes. Lo aprecio muchísimo y para mi se ha convertido en un amigo con mucha experiencia con quien puedo conversar. El doctor cantante, como me referiré a él en esta entrada es una de mis personas favoritas y la primera vez que lo vi está guardada para siempre en mi memoria.Tenía 5 años de edad, estaba en el quirófano, supongo que para algún procedimiento. Recuerdo a un hombre que me parecía gigante, él era una gran sombra azul que me estaba poniendo una mascarilla para sedarme. cuando tenía eso en la cara y estaba un poco asustada, él de repente empezó a cantar -"Los pollitos dicen pío, pio, pío..." Hasta que me quedé dormida... estaba tranquila, imaginaba que nada podría ocurrirle a una niña a la que le acababan de cantar para dormir. Aunque no lo volví a ver en mi tratamiento de ese tiempo, o por lo menos yo nunca más lo reconocí, siempre recordaba a la persona que me había cantado, no sabía su nombre, ni su rostro, ni siquiera sabía que a los doctores como él se les llama anestesistas, pero ese recuerdo hermoso estaba guardado en mi mente. Cuando me detectaron leucemia por segunda vez, la doctora Paquita me dijo -"¿Te acuerdas del doctor que te cantaba cuando eras chiquita? Es él". Yo estaba tan feliz, no creía que al fin, esa persona tenía nombre y rostro. El doctor cantante siguió con sus repertorios cada vez que teníamos algún procedimiento, esta vez ya no me cantaba la canción de los pollitos, él cantaba otras que le gustaban más, pero seguía teniendo el mismo efecto tranquilizador en mi. Podrían llamarle masoquismo pero ahora prefiero que no me seden para hacerme quimioterapias intratecales (quimios inyectadas directo en la columna) o biopsias de médula ósea. Como quiero ser hematóloga considero que debo saber exactamente qué se siente, el dolor no me gusta, bueno ¿a quien si? Pero siento que mi cuerpo está tan sobrecargado de químicos que intento evitar la anestesia general y aguantar un poco para no tener tantos estragos después. Además, si no me duermo puedo conversar con los doctores y enfermeros/as para conocerlos y compartir con ellos, me encanta el quirófano, todos son tan amables y siempre tienen las palabras perfectas para mi. La anestesia local, me deja un poco drogada o bueno, creo que así se sentiría estar "high", me río, me río, me río y me río, los enfermeros se preguntan si estoy bien y la verdad, lo estoy, deben pensar que tengo daño cognitivo de tantos químicos jajaja. 
El doctor cantante, como la mayoría de los adultos, sabe bien que decir debido a su experiencia, en una de nuestras sesiones de intratecal recuerdo haberle dicho -"Me retiré del colegio" mientras trataba de contener las lágrimas. No me gusta llorar y peor frente a alguien. Él dijo -"¿Qué es un año, cuando tienes toda una vida por delante?", esta frase me retumbaba en la cabeza cada vez que me frustraba al ver que mis amigos ya estaban en la universidad y yo tendría un año más de colegio. Esto me ayudó a sobrellevarlo y aceptar mi realidad, que todo pasa a su tiempo y el mío no había llegado aún. En otra ocasión recuerdo que me dijo -"Después de tu papá yo debo ser el hombre que más veces te ha visto la nalga" me reí como loca al escuchar esto. Cuando eres un paciente y estas entrando y saliendo de quirófano, (algunas veces hasta 1 vez por semana) no sólo el médico te ha visto la nalga una infinidad de veces sino enfermeras/os y todo aquel que se cruce por ahí. Las primeras dos veces que te pones esa bata de enfermo próximo a cirugía, que es una cosa toda trasparente, no sabes donde esconder la cara porque sientes que todos en esa sala pueden ver tu desnudez, aunque te ignoran porque están sumergidos en su propio dolor, se siente como si te miran las pocas vergüenzas que cargas. Yo, que llevo muchísimo tiempo en este medio, ya me acostumbré a eso, me he vuelto toda una sin vergüenza (como alguna vez me llamaron jajaja) he optado por ignorar que estoy con la "nalga al aire" porque aunque me avergüence nada va a cambiar, igual tendrán que verme para inyectarme, así que me hice al dolor y me acostumbré. La ventaja es que que con los médicos es algo totalmente diferente, porque ellos están acostumbrados a eso y te miran sólo como su paciente. 
Una vez leí o escuché, no lo recuerdo con claridad, que los doctores no debían encariñarse con sus pacientes, opinión que es totalmente cruel. Un paciente necesita del apoyo, del consuelo y del afecto de todos, TODOS, los que lo rodean, en especial de su médico. ¿Cómo no encariñarse si tu médico se vuelve parte de tu vida? lo vemos más seguido que algunos amigos y por eso es que eventualmente surge el cariño. Un médico no cura sólo con los miles de conocimientos almacenados en su cerebro sino con amor, mucho, mucho amor. Un paciente con una enfermedad "catastrófica", como he escuchado que le llaman a este tipo de males, no necesita entrar al consultorio de su doctor y decirle: -" Me duele por aquí y por allá", para que luego este le dé una receta, se despidan y no vuelvan a hablarse hasta la próxima consulta. ¿Qué rayos es eso?. Un paciente no sólo está mal físicamente, su alma está rota, el dolor no solo es corporal, te duele en lo más profundo de tu ser, pensar que podrías morir, que podrías dejar a las personas que amas e ir a un lugar desconocido para el hombre, no es nada agradable. Los doctores se supone, son personas con un alto nivel de empatía, curar con el corazón es decir, con amor, debe ser algo hermoso y definitivamente quiero experimentarlo. Otra cosa que quisiera decir es que he notado que las personas e incluso doctores, piensan que ser anestesiologo es algo simple y no valoran su trabajo. Esto es mentira, porque ellos son igual de importantes que el cirujano o cualquier otro médico. Llevan en su espalda la grandísima responsabilidad de una vida porque deben ser precisos en administrar la anestesia, actuar rápido en cualquier emergencia y todo lo que caracteriza a un doctor, es una carrera tenaz. Admiro muchísimo a todos los anestesistas en especial a él. 
Por eso quiero muchísimo a mi doctora Paquita y al doctor Cantante porque ellos me curan con amor, con consejos, con mimos y me enseñan a luchar y a ser feliz a pesar de que no tengo una vida normal de una chica de 19 años (cumplí 19 el 18 de enero, yeihhhh). No soy normal, pero soy feliz, realmente feliz.

sábado, 15 de febrero de 2014

Una sombra me persigue...

Últimamente mi vida se ha complicado mucho,  me pasan cosas que parecen de un cuento macabro, empiezo a hartarme cada vez más y atormentarme a mi misma con pensamientos que nunca antes había tenido. Morir.
Por acontecimientos a mi alrededor me he dado cuenta de que la muerte ocurre más frecuente de lo que pensaba en un segundo, estas aquí y al siguiente ya no, que solo se necesita una excusa simple e incluso tonta para desaparecer; y yo, que vivo en constante riesgo de muerte, recién a un año y ocho meses de haber descubierto que era una chica con LLA *otra vez* le tengo miedo a morir. Nunca había considerado la opción de que yo, Andrea Carolina, pueda morir en una de mis interminables visitas a la clínica, no comprendía porqué mi doctora se preocupa tanto cada vez que me daba fiebre, o que me rete para que no me exponga  y no tener que regresar por una infección, pero ahora sí, ahora estoy consciente, es porque puedo morir. Para hacer un resumen de todo lo que me ha sucedido estos últimos meses, tuve infecciones cada vez que me ingresaron al hospital, *cuatro veces más (creo jajaja)* tuve cirugía para remover mi implantofix. Primero: Implante infectado y posteriormente removido, en el siguiente ingreso tuve fiebre otra vez ya que se me disparó una infección en los pulmones (causada por mi propio cuerpo por las defensas constantemente bajas), Segundo ingreso: Fiebre otra vez ni siquiera recuerdo el por qué. Tercer ingreso: Infección en las vias urinarias que se complicó aun más porque las enfermeras confundieron las indicaciones de mi protocolo de quimioterapias y me pusieron la quimioterapia del día 1 junto a la del día 2, después de recibir aquella bomba de quimioterapia me sentí a morir, creo que casi se me salio el estomago por la garganta de tanto vomitar, al siguiente día le dije a mi doctora que era muy mala por no ponerme la medicina para las nauseas si me iba a poner la quimioterapia vomitadora, ella dijo que la quimio vomitadora era para el día 2, así que reviso mi carpeta, cuando llegó me dijo que me habían puesto ambas dosis... no sabia que pensar, estaba realmente asustada, nunca me habían puesto mal la medicación y no sabia cuales serian los efectos secundarios, hasta que empezaron... 
En primer lugar las nauseas imparables, como sea he aprendido a manejarlas y trato de mantener la comida dentro de mi porque por ahí me dijeron "Enfermo que come no muere", después empece a sentir fiebre, ya ni siquiera me sentí frustrada solo llame a mi mama y le dije "Tengo fiebre... otra vez" luego, esperé a que alguna enfermera llegara a mi habitación porque no podía levantarme de lo cansada que estaba y le dije "Tómeme la temperatura, tengo fiebre", se lo comuniqué a mi doctora también, bueno en conclusión tuve fiebre, escalofríos, dolor de huesos, no tenia fuerzas para levantarme, dolor de estomago, constipación y nauseas pero lo aguanté, no tuve el valor de preguntar cuando me dejarían salir porque no quería escuchar lo que sabia que dirían "Todo depende de como salgan tus exámenes, debes esperar", cuando el doctor dijo que era una infección en las vías urinarias, que la bacteria era bastante resistente y que en el laboratorio no encontraban el medicamento al que era sensible, sentí un escalofrío recorrerme la espalda, tuve miedo. Los resultados de los exámenes me provocaban ansiedad, en especial el ecocardiograma, tenian la sospecha de que las fiebres eran provocadas por vegetaciones bacterianas en mi corazón y que ese examen las revelaría, *escalofrios en la espalda otra vez*, pensé que aquello era una excusa perfecta para morir en cualquier momento, porque los síntomas no ayudaban nada a tener otra idea,  pero me dije a mi misma que no debía desesperarme y que debía aguardar al día de la liberación cuando dijeran "Todo está perfecto, todos tus examenes estan normales". Fue un día lunes, cuando 8 días de encierro habían terminado y por fin me iba a casa, sabia que ahí estaría mas cómoda y me relajaría ya que en el hospital me era muy difícil dormir.
En mi hogar seguía sintiendo mucho dolor, eran los efectos de mi bomba de quimio y lo único que podían hacer por mi era darme relajantes que no me hacían efecto, pero cuando todo esto pasó, habia sobrevivido una vez más y estoy aquí sentada escribiendo. El lunes 17, empezaré exámenes de grado en el colegio, estoy próxima a terminar mi ultimo año y a empezar mi camino para ser doctora, sigo en tratamiento pero eso no es un impedimento, he aprendido a adaptarme a mi realidad, creo que yo no le inspiro lastima a nadie y todos me ven como una persona normal porque siempre he demostrado ser una persona fuerte y eso es lo que me mantiene. Hoy tuve la visita de la mamá de Jhonsito, él es un niño que tiene leucemia y empezó su tratamiento un mes después de mi, vamos a la par. Ella dijo que había leído mi blog y que al leerlo empezó a entender mejor a su hijo, la manera en la que él se siente, que con mi blog ayudo a padres a comprender la manera en la que sus hijos están viviendo y ponerse en los zapatos de ellos, me sentí tan feliz de saber que en serio soy útil para alguien :DDDD. Ahora si a estudiar para graduarme con buenas notas, deséenme suerte :DDD