Bueno, mi estadía en el hospital no terminó tan bien como esperé. El lunes empecé a sentir escalofríos, traté de mantenerme positiva y atraer las buenas energías diciéndome: -"Tranquila Carolina, esto no es fiebre... La quimioterapia puede tener estos efectos, tranquilízate y no la invoques", pero pasaron las horas y mi cara empezó a tornarse roja, los escalofríos aumentaron su potencia y empecé a estremecerme con mucha más fuerza, durante mucho más tiempo. Sabía bien que significaba eso: Bacteremia. Llegó la avalancha de exámenes para determinar qué se había infiltrado en mi débil sistema, me pincharon 3 veces en menos de 10 minutos, tomografías pélvica y torácica (revisar mis riñones y pulmones por posibles infecciones), cultivos y más cultivos. En la tarde recibí la visita del doctor cantante y me dijo -"Te fuiste al campo de paseo ¿verdad? ¿Te hicieron exámenes de dengue?". Llamamos a la doctora y la señorita del laboratorio llegó a extraerme más sangre. ¿Por qué? ¿Por quéééé?. Ahora a esperar los resultados que toman alrededor de 3 días (los cultivos de bacterias). El Doctor que me atiende en estos casos, dijo que sospechaba de bacterias BLEE y me mandó a leer sobre ellas. Las bacterias Betalactamasa de Espectro Extendido (BLEE) alias "Bacterias apocalípticas", dieron positivo. Resulta que estas pequeñas, son resistentes a la mayoría de antibióticos (penicilinas y cefalosporinas) y debían administrarme medicina por vía intravenosa, durante siete días para poder erradicarlas. Las desgraciadas habían aprovechado las quimioterapias para ponerse en manifiesto y revivir una vez más la pesadilla de la bacteremia. Yo ya llevaba cinco días encerrada y el solo hecho de imaginar siete días más ahí, fue insoportable. De todos modos, sabía que era la única forma de deshacerme de las bacterias apocalípticas que me estaban amenazando. Ley de supervivencia: ellas o yo, ¡Definitivamente yo!. Así que me relajé, y le dije al doctor -"Libéreme cuando usted lo crea adecuado, usted decida". Estoy harta de estar con bacteremias cada vez que ingreso al hospital y retrasar mi tratamiento, así que si siete días más, representaban tranquilidad en los próximos tratamientos, bienvenidos sean. Me sentía normal, los escalofríos habían disminuido considerablemente. Lo único que realmente me afligía era la comida, el olor era insoportable para mi (los demás la consideran deliciosa), así que pedí permiso para que me trajeran comida desde mi casa, esto hizo mi estadía más llevadera y menos traumática. Cuando llegaba la comida le decía al repartidor -"Noooo..¿Por qué lo hace señor? ¿Por qué tiene que alimentarme?" Ellos sólo sonreían y me decían que esperaban que me recupere rápido.
El tiempo en el hospital pasó muy rápido, hasta me sorprendí. Terminé de leer un libro. Utilicé una de las técnicas más eficaces pero menos entretenidas para pasar el tiempo: Estudiar. Vi vídeos en Youtube de anatomía, clases virtuales de biología y química. ¡Bendito sea el internet!. Mi examen de admisión en la universidad se acercaba y yo seguía metida en esa clínica, pensaba que tal vez no me dejarían salir a tiempo y me estaba preocupando. Llegó el día martes y el doctor me dio de alta. Once días de encierro habían terminado y yo estaba sana.
Llegué a mi casa, extrañaba mi cama y poder dormir la noche entera sin que a la maquinita de los sueros se le ocurra, casualmente, sonar 3 veces por la noche. Parecía mal intencionado. Dormí, dormí y dormí. Mi mamá siempre dice que eso ayuda a la recuperación, descansar de no hacer nada jaja. Al siguiente día dije -"Carolina, es hora de seguir estudiando para ese examen". El día viernes 21/03 me presenté al examen y espero haber aprobado. Y si no lo aprobé, seguiré intentando hasta lograrlo.
Trato de equilibrar mi vida: el tratamiento, mis estudios y tratar de vivir lo más normal posible, demandan de todo mi tiempo, pero uno termina acostumbrándose. Siempre he pensado que las cosas que nos cuestan más trabajo son las que nos traen mayor satisfacción. El otro día mientras veía una película, me llegó una frase: -"No siempre se puede entender por qué Dios hace ciertas cosas, pero todo es parte del gran plan que tiene para nosotros.". Tal vez todo esto no es más que un plan para mi futuro, o incluso para mi presente, no lo sé. Tal vez ni siquiera es un plan, pero yo quiero creer que si lo es. Cuando algo no sale como quiero trato de darle la vuelta y buscarle el lado positivo, así sea algo mínimo, por ejemplo: conocer a una persona amable es suficiente para mi, eso lo mejora, esa es mi razón escondida para que las cosas hayan pasado de esa manera. No sé si ya me volví loca, o me volví alguien realmente positiva y agradecida, pero me funciona.
Primera buena noticia de la semana: no más quimioterapias pesadas para mi, pasaré a mantenimiento hasta nuevo aviso. La fase de mantenimiento es la gloria porque ya no tendré que pasar semanas enteras en el hospital sólo ir unas cuantas horas, una vez al mes, tal vez tomar pastillas, según ordene la doctora y ya. Es prácticamente ser una persona normal. ¡Aleluya!.
Segunda buena noticia: Empezamos la búsqueda de un donador de médula 100% compatible conmigo para poder realizar el trasplante. |