En mis ratos libres (que cada vez son menos) me he puesto a pensar y tratar de comparar mis dos experiencias siendo una paciente "inmunodeprimida". He estado haciéndome la misma pregunta una y otra vez: "Ahora que he tenido leucemia de niña y una vez más siendo grande ¿Cuál considero que ha sido la vez menos agradable?". Aún no puedo responderla con total seguridad, ya que ninguna de las dos ha sido una maravilla jaja, en ambas encuentro cosas que quisiera olvidar y decir que no han sido más que una pesadilla, pero hay otras que resultaron ser muy buenas, son enseñanzas que me han hecho crecer como persona, podrían llamarse buenos momentos. Los malos, aunque abundaron, trato de que queden fuera de mi mente, pero son necios, no quieren dejarme.
Considero que ha sido un poco más difícil ahora porque lo estoy viviendo y todo está fresco en mi mente mientras que lo que pasó en el pasado, no es mas que eso, algo que pasó en el pasado. Es un recuerdo, que a medida que pasa el tiempo se va desvaneciendo de mi mente. He empezado a considerar muchas cosas que no tenía idea de pequeña, tengo que ser responsable de mi misma, de mi medicina. Me he vuelto una chica independiente, trato de que mis padres tengan menos preocupaciones de las que ya tienen por culpa de mi enfermedad. Como soy mayor de edad, ya puedo ingresarme sola a la clínica, así que el día que tengo que ingresarme simplemente me aparezco allá y le digo a la señorita -"Vengo por tratamiento" ella mira a todos lados y pregunta -"¿Y tu mami? Necesito a un adulto que firme esto por ti" a lo que contesto -"Yo soy mi propio adulto responsable" Como ya llevo tanto tiempo aquí, ya saben el protocolo así que me entregan los papeles para que los firme y listo.
Lo negativo de cuando eres grande es que sabes leer y que el internet está al alcance de tu mano, ya no eres un pequeño niño ignorante sobre tu situación, no, ahora eres un adulto que puede leer las posibles consecuencias y psicosearse un poco como me ha pasado. Grave error.
Otra cosa que me he estado preguntando es ¿Cómo rayos asimile esta noticia tan "bien"? Tanto de niña como de post-puberta, no me sentí afligida, ni asustada, no sé si sea porque me acostumbré, por así decirlo, a la vida de enferma o esa es mi personalidad. No me he dado por vencida y sé que nunca lo haré, supongo que eso es lo que me ha mantenido viva. La mente es tan poderosa que si al momento de despertar decides ser feliz el resto del día, es seguro que así será. Y eso es lo que he tratado de hacer desde que empezó toda esta pesadilla. -Carolina todo va a estar bien, hay que soportar un poquito más.
He empezado a integrarme nuevamente en la sociedad, ahora como una universitaria. Aunque me han dado un descanso del tratamiento me siento consumida. No encuentro tiempo para escribir, así que dejo un momento de estudiar o dormir para hacerlo. Siento que poco a poco vuelvo a ser una persona normal y me asusta. Me asusta que sea tan fácil acostumbrarme a lo bueno, a no sentir dolor diariamente. Me asusta el momento en el que tenga que regresar a mi vida de enferma, para realizar el trasplante y que me tome nuevamente un tiempo acostumbrarme a todo esto. Pero qué más da ¿verdad?. Ya lo hice un par de veces antes, lo puedo hacer un par de veces más, o las veces que sean necesarias. Siento que falta tan poco, tan poco para que este martirio termine.
1 comentario:
Excelente.........decisiones sabias......
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