Hoy 15 de febrero, después de una ofuscante celebración de San Valentín, se celebra el día mundial de la lucha contra el cáncer infantil. Resulta que esta fecha es especial para mi, debido a que yo también luché contra aquello cuando era pequeña. Me gustaría que este día fuese como san Valentín, las personas llenando de detalles a los niños en los hospitales, de que se hiciera tan popular como la otra fecha. El amor y la lucha van de la mano ¿verdad? ¿Por qué la fiesta no se puede extender un día más?
Aunque hace casi un año vi en el resultado de mi biopsia "Médula libre de neoplasia" (libre de cáncer) por lo que pasé a una fase de remisión, no me dan el tan anhelado: -"Andrea Carolina, estas en remisión total. Estas totalmente curada" sigo tomando medicación, sigo poniéndome quimioterapia intravenosa una vez cada tres meses, sigo asistiendo a la universidad a pesar de las rabietas de mi doctora.
Hay una parte de mi vida que no puedo olvidar y que me enseñó que cada vez que me caiga puedo levantarme y que si no puedo levantarme puedo arrastrarme hacia donde quiera ir. Creo que ese gran acontecimiento me hizo darme cuenta de que soy todo lo que quiero ser, porque puedo serlo. Ya había mencionado que una vez perdí la movilidad en mis piernas, ahora lo escribiré con mayor detalle. El orden de la medicación, es realmente importante. Después de recibir una dosis de quimioterapia intratecal o Intravenosa (no recuerdo muy bien) debo tomar, estrictamente unas pastillas. No las tenía en ese momento así que no las tomé. Al siguiente día cuando intenté levantarme de la cama, me caí. Mis piernas no estaban funcionando, no recuerdo si sentía dolor, sólo recuerdo haber gritado llamando a mi mamá. Lo siguiente que recuerdo es estar en un consultorio donde una doctora haría punciones en mis piernas, tenía terror, pedí que llamarán a un anestesista, de verdad estaba tan asustada de esas agujas y aún no entiendo por qué. Recuerdo que dijo "¿Recuerdas como los bebés aprender a caminar? Primero gatean... Eso es lo que harás, vas a tener que aprender a caminar Carolina". Así fue como empecé a arrastrarme, a gatear, mi papá me enseñó a bajar las escaleras yendo de espaldas, agarrándome de cada peldaño para no caer. Empecé a hacer rehabilitación con electrodos para no perder la tonicidad de mis músculos, eso era lo mejor. Se sentía un hormigueo y veía como se contraían mis músculos. No me importaba arrastrarme, si esa era la manera de llegar donde quería, estaba bien. No recuerdo cuanto tiempo fui a rehabilitación. Sólo sé que recuperé la movilidad en las piernas y que puedo caminar ahora, pero no es sólo la experiencia física la que cuenta, es lo que eso simbolizó. En lugar de preguntarme por qué me estaba sucediendo eso a mi, precisamente a mi, me adapté. Fui a rehabilitación, aprendí de nuevo, di mis nuevos primeros pasos sola.
La vida es hermosa, si tan sólo las personas se dieran cuenta de que en cada día, de que en cada experiencia hay una enseñanza. De que vivir es más que respirar, tal vez no hubiese tanta gente deprimida. De que somos capaces de ser felices con lo que realmente importa: familia, amor, salud.
1 comentario:
Hermosa Andreita. Gracias por tus enseñanzas.
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