sábado, 5 de septiembre de 2015

¿Cómo me siento?

Entre las palabras de apoyo de mis conocidos e incluso las de otras personas que leen mi blog, está la frase: "No puedo imaginar como te debes sentir", y pensé que sería una buena idea tratar de explicar cómo me siento porque esta vez fue totalmente distinta a la anterior. 
Llevo 18 días encerrada en el mismo hospital, en la misma habitación, en la misma cama y tengo entendido que pasaré una semana más aquí, pero estoy tranquila, sé que lo puedo soportar. 
Ha sido todo un proceso poder recuperar mi estado de ánimo normal. Siempre fui una persona muy alegre, sonriendo mucho y haciendo bromas, pero desde que me dijeron que tengo una recaída, después del colapso en la sala de mi casa, yo simplemente no podía dejar de llorar. Las lágrimas salían solas y no intentaba contenerlas, ya no me importaba que me vieran llorar, es más, yo quería que me vieran llorar. Quería que todos vieran que estaba sufriendo. No se puede ser fuerte todo el tiempo. No es sano. Yo necesitaba llorar. No quería que me dijeran que debería estar agradecida porque, aunque con mucho esfuerzo, mis padres podían pagar mi tratamiento, no aguantaba que me dijeran que debería darle gracias a Dios porque sucedió ahora y no posteriormente cuando las cosas podrían verse mucho más serias. ¿Qué tenía que agradecerle? ¿Estar en una cama de hospital a los 20 años cuando podía estar haciendo cualquier otra cosa? ¿Agradecer que tengo que retrasarme en la universidad y que ya no llegaré a ir al hospital con mis amigos ni me graduaré con ellos cuando seamos médicos? ¿Agradecer que el resto de las personas vive una vida normal y yo tendré que pasar por el infierno otra vez? ¿Eso es lo que querían que yo agradeciera?. Sí, estaba enojada. Dicen que las adversidades lo apegan a uno más a Dios pero conmigo sucede lo contrario. Me crié en una familia católica y es un poco difícil escribir estas cosas pero es mi verdad y es como me siento. 
Pasé muchos días así, no sonreía, no me levantaba de la cama, no hablaba con nadie o lo hacía muy poco. Veía la cara de preocupación de las personas a mi alrededor pero de todos modos no intenté arreglarlo. Supongo que estar debilitada por las quimioterapias influyó en que mi estado de ánimo no pudiera mejorar rápido, y caí en un estado de depresión del que no quería salir. No quería luchar contra eso, solo quería que me dejaran llorar, me sentía miserable. 
Traté mal a algunas personas, incluso a mi doctora. Luego, mandaron a un psicólogo para que hablara conmigo. Cuando llegó el doctor, al que ni siquiera le presté atención a su nombre, se sentó y hablamos. Abrí la boca y empecé a llorar. Trataba de respirar pero hablar y llorar es muy difícil. Al final le dije como me sentía. Le dije la verdad. Le dije que sentía que esto era una pesadilla de la que no podía despertar, pero que cada vez se volvía más real y real. Le dije que sentía que todo lo que ya pasé desde el 2012 no había servido para nada, que todo el sufrimiento había sido en vano porque de todos modos estoy enferma otra vez. Le dije que sentía que estaba desperdiciando mi vida porque ahora debía estar encerrada aquí, por quien sabe cuánto tiempo. Él me escuchó, dijo que yo era una "ganadora" y me pareció comiquísimo, no sé como me aguanté las ganas de reír,  dijo más cosas pero esas me las voy a reservar. Le dije que me parecía exagerada la reacción de todos, que yo sabía que iba a salir de esto y que sabía que no iba a morir. Le dije también, que necesitaba llorar y que ya había hablado con mi mamá sobre eso. Finalmente, le dije que sabía que esta actitud iba a mejorar muy pronto y que solo necesitaba un poco más de tiempo para aceptarlo. No he vuelto a ver al doctor. 
Pensé en las razones por las que estaba tan deprimida y encontré demasiadas. Lo que más me duele de todo esto es tener que retirarme de la universidad por un semestre o no sé si sea por más tiempo. Tengo un grupo de amigos con los que empecé la carrera y me gustaría terminarla con ellos, e ir al hospital juntos, pero eso ya no se dará. Puede que suene un poco tonto, pero estaba estudiando muy duro porque quería quedar entre los mejores promedios de este ciclo, pero no se dará. Quería sacar la licencia de conducir en estas vacaciones para robarme el carro y dejar de coger la metro, epero no se dará. Estaba haciendo ejercicio porque quería irme de vacaciones a la playa, ponerme un bikini y sentirme cómoda. Quería pedirle al Dr. Mena que me dejara ser su ayudante de cátedra una vez que haya terminado el ciclo porque me encanta farmacología práctica, pero no se dará. Tenía muchos planes. Tenía muchas cosas que quería hacer y ninguna de estas se dará. Otra cosa fue que yo estaba muy feliz, mi cara se había deshinchado bastante, estaba recuperando el peso que siempre he tenido, mi cabello estaba lindo, rizado y largo. Ya me había acostumbrado a una vida normal y todo lo que una vez pasé, me parecía como un mal sueño, algo que no iba a volver a pasarme, algo que pronto olvidaría, pero volvió. 
Con respecto a Dios, hay algo que sí entendí. Y es que soy alguien bendecida, ahora me atiendo en SOLCA y he visto muchas cosas. La cara de desesperación de las personas porque les falta $22 para comprar algo. Las salas de espera, llenas de personas que se ven debilitadas y deben esperar horas hasta que les llegue su turno, en cambio a mi no me falta nada. Lucho por conservar mi fe porque siempre he creído en que uno debe aferrarse a algo más grande que nosotros pero es difícil. Tal vez Dios no se enoje tanto conmigo al ver que por lo menos lo intento. 

5 comentarios:

Unknown dijo...

No te conozco desde hace mucho tiempo pero es muy bonito leer que te sientas mejor Andrea. No quería ser de los que invada tu privacidad con preguntas. Te admiro mucho
Espero verte pronto

Atte:
Joan

Anónimo dijo...

querida Andrea, eres una niña muy valiente, estas en mis oraciones, a veces renegamos por situaciones no tan importantes y tu enfrentas con tanto valor tu condición de salud, sigue adelante, la aptitud positiva también es una arma poderosa contra la enfermedad, aunque a veces nos quebramos emocionalmente, es normal , pero secarnos las lágrimas y seguir adelante es de personas especiales



Jenny

Anónimo dijo...

querida Andrea, eres una niña muy valiente, estas en mis oraciones, a veces renegamos por situaciones no tan importantes y tu enfrentas con tanto valor tu condición de salud, sigue adelante, la aptitud positiva también es una arma poderosa contra la enfermedad, aunque a veces nos quebramos emocionalmente, es normal , pero secarnos las lágrimas y seguir adelante es de personas especiales



Jenny

Anónimo dijo...

Preocupación ......no mucho más que eso, Dios pone a prueba la fe de cada uno de nosotros......y anhela saber cuanta fe has perdido y cuantas vas a recuperar cuando te cures. Prohibido olvidar al señor......siempre esta ahí escuchándote hablar....t esperan días más difíciles....las recaídas son así .....pero la fe en Dios no puede perderla una guerrera......se va a las batallas entregándose primero da Dios. Me temía algo si......no lo c sigo tu blog y dejaste de escribir seguido....creo que a sido por la universidad. Entonces ahora la guerrera no puede ni debe perder la fe. No existe el Dios malo.
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Mónica Franco dijo...

Querida Andrea, se me salen las lágrimas al leer tu post, sé por lo que estás pasando porq mi cáncer fue muy fuerte de superar física y mentalmente, pero lo logré (gracias a Jehová, Dios) después de todo el llanto, depresión, y los clásicos pensamientos de: porque a mi? Yo quería esto, yo anhelaba aquello, estaba haciendo todo para lograr tal cosa...Sé también que en momentos así aveces te cuestionas: si le importo a Dios o si existe, porq me pasó esto? Pero una simple respuesta, porque este mundo no está gobernado por El, sino por satanás quien hace lo imposible porque pierdas tu fé en Dios y cuando lo logra, se siente orgulloso, feliz de descarriar a un ser amado por Jehová, y alejarnos de esa vida eterna que nos promete Dios si nos aferramos a el y reconocemos su superioridad para ayudarnos con todas esas cargas con las que sentimos que ya no podemos. Somos seres imperfectos, y nuestro cuerpo tiene fallas por genética, errores en nuestra alimentación, forma de vida, etc, nos enfermamos, nos pasan cosas lamentables, recaemos y seguimos porque no tenemos la perfección original con la que el ser humano fue creado por Dios, pero algo muy importante, debemos siempre agradecer por la ayuda extra que nos da Jehová día a día sin merecerlo, gracias a El tus papis tienen el trabajo para pagar tu tratamiento, gracias a El, yo pude pagar muyyyy poco (prácticamente nada) por un tratamiento de más de $250.000 y conocer personas clave que me hicieron darme cuenta de lo que no percibimos del lugar donde vivimos: la tierra, todas las especies de animales, el ser humano, lo que tenemos. En tu biblia, lee corintios 10:12-16 y Job 1:1-22, fue de mucha ayuda cuando enfermé. Vamos adelante! Tu eres una guerrera!