viernes, 31 de mayo de 2013

¿Por qué a mi?

Después de la cirugía (me extirparon un tumor del ovario) tenía mucho miedo de moverme, siempre había escuchado de que los puntos se pueden abrir y por eso trataba de no mover ni un músculo, habían pasado algunas horas y necesitaba moverme  porque tenía muchas ganas de hacer pis, le pedí ayuda a la enfermera para ir al baño y  me dijo que tenía una sonda puesta y que no necesitaba levantarme, ella solo dijo "orine mamita, orine ahí acostadita no más"  (en mi mente grité ¡¿QUÉÉÉ!?), traté por mucho tiempo pero tenía miedo de mojar la cama, así que por más que intentaba... no salía, al final la urgencia ganó y pude relajarme jajaja. Mis amigos fueron a verme al hospital, aunque estaba muy cansada y la voz no me salía estaba muy feliz de verlos, sentí que en serio se preocupaban por mi y disfruté mucho su compañía. Pasaron algunos días y aún no me decían que es lo que había determinado el patólogo aunque yo estaba 99% segura de que tenía cáncer, no me lo confirmaban pero como las cosas se iban dando, no necesitaban hacerlo ya había pasado una vez por eso y entendía muy bien cual era mi situación.
Estaba ansiosa por empezar las quimioterapias pensaba que mientras más rápido comiencen, más rápido terminarían y más rápido podría regresar al colegio con mis amigos. Estuve recuperándome en casa, me ayudaban en absolutamente todo, incluso a bañarme. A mi mamá le dijeron que la sopa de un animal del oriente ayudaba a subir las defensas y producir sangre, así que desde el oriente me mandaban una sopa a  la que llamé "La sopa de cuervo"(por supuesto que no era de cuervo), tenía sabor a pollo pero era horrible, sin embargo tomé cada cosa natural que dijeron que me ayudaría sin refutar. Los doctores se sorprendían de mi estado de animo, de que mis cachetes estaban tan rosados que parecía una niña normal, no una niña que tenía 2 semanas de estar operada y una herida de más o menos 10 cm que aún no cicatrizaba totalmente. Llegó el día de quitarme el "drén", un aparato para absorber los líquidos de la herida ( lo llamé tamagotchi porque se parecían) , pero antes de esto, los días que había estado en el hospital, escuché a una tía hablando con una señora y ella le decía que cuando a ella se lo quitaron, eso se había enganchado a la piel y el doctor había tenido que prácticamente arrancarselo y había sido muy doloroso, yo estaba aterrorizada. Llegué al consultorio del cirujano oncólogo que me intervino y estaba muy nerviosa, mis manos y pies helados, mi mente volaba imaginando el dolor que sentiría en los próximos minutos. Me acosté en la camilla temblando. El Dr dijo: ¿Qué es lo que pasa que estas temblando? ¿Estas asustada?. Yo le conté lo que escuché ese día y él simplemente rió y dijo "En que tiempo le habrán hecho eso a ella, te prometo que no sentirás nada" y así fue, no sentí en que momento lo quitó. Pasaron algunos días y ya era hora de la primera sesión de quimioterapia, estaba nerviosa y ansiosa pero no asustada, nunca sentí que algo malo me sucedería, nunca pasó por mi mente que podría morir, yo solo pensaba en que haría mi tratamiento, me curaría y esto no sería más que un recuerdo; necesitaba a mi mamá conmigo pero ella no pudo estar ahí la semana que estuve ingresada en el hospital porque tenía mucha gripe, aunque me mostraba fuerte y sonriente no era así todo el tiempo, en el par de horas que me quedaba sola en el hospital lloraba y gritaba, reclamándole al viento porqué me había hecho esto, si acaso no se había fijado que ya con una vez había sido suficiente para mí, si fui tan mala persona en los 17 años que tenía como para merecer un destino como ese pero con el pasar de los meses me di cuenta que esto no tiene nada que ver con el tipo de persona que eres sino que simplemente te sucede y debes sobrellevarlo.
El día de la primera sesión estaba con mi hermana, llegó la enfermera y me dijo que iba a canalizarme es decir pincharme el pecho para poder administrarme la quimioterapia, como dije tengo un implante llamado "implantofix" que está conectado a mi corazón, me pinchan con un "cytocan" que se parece mucho a una tachuela gigante, estaba nerviosa lo único que recordaba era que cuando era pequeña me aterrorizaba ese hecho. Ella limpió la zona, cerré los ojos y respiré profundo. No dolió tanto como pensé, pero de todos modos estaba asustada y tensa. Me administró primero el protector para el corazón, porque hay que proteger todos los órganos involucrado, cuando esa medicina terminó de pasar, ella llegó con un pequeño suero cubierto con una funda roja, el líquido era rojo también, se veía peligrosamente lindo, esa era la quimioterapia, estaba tranquila cuando de pronto sentí como si una batalla se llevara acabo dentro de mi vientre, era como un bombardeo en la parte donde me quitaron el tumor, llamé a la enfermera y ella me administró medicina que me ayudó. Como siempre me ha gustado la comida chatarra como pizza, hamburguesas, hot dogs, veía las propagandas en la televisión y se me hacía agua la boca pero para mi se acabaron los días de comida chatarra y aguanté sin sucumbir ante la tentación, supongo que ese era una de los efectos de la medicina, sentía hambre todo el tiempo y también mucha ansiedad, mi estómago estaba muy sensible así que debía tener una dieta blanda, yo estaba enojada, odiaba y sigo odiando la comida del hospital pero bueno no quedaba de otra me la comía toda, al siguiente día recibí otra dosis estaba un poco débil pero de muy buen humor, tenía como objetivo no desanimarme, no dejar que la depresión me arrastre y así fue como pasé una semana entera en el hospital, mis familiares se turnaban para acompañarme el mayor tiempo posible y no dejarme sola.    
Los primeros días de quimioterapias fueron duros, no porque sintiera dolor sino porque tenía muchas dudas acerca de mi futuro, muchas cosas pasaban por mi mente, lo primero que pensé fue "¿Cuándo será que empieza a caerse mi cabello?" había escuchado que a algunas personas no se les cae el cabello cuando reciben quimioterapia y esperaba que a mi me suceda igual, también me preguntaba cómo se sentían mis padres, trataba de  mostrarme fuerte ante ellos, no quería que estuvieran tristes, creo que si tienes un pensamiento positivo e irradias fuerza con todo lo que tienes encima también ayudas a que las personas que te aman y que están alrededor tuyo no se sientan tan abrumadas porque si bien es cierto ellos no pueden entender con claridad qué es lo que sentimos pero lo intentan y sufren con nuestro sufrimiento. Por supuesto una de las preguntas más comunes "¿Cuánto será que todo esto va a doler?" y más que todo ¿Cuánto tiempo durará esta pesadilla?    
Visita de mis amigas en el hospital.

No hay comentarios.: