Uso la escritura como terapia, porque desde hace un par de meses experimento cambios de humor repentinos, hay días en los que estoy un poco triste y lloro sin razón, otros en los que no quiero que nadie me hable o me moleste y por esa razón algunos ya han soportado mis ataques histéricos, incluso mi mamá que por suerte sabe que todo esto no ha sido fácil para mí, y sin prestarme atención me dice "¿Quieres salir un ratito? vamos a dar una vuelta por ahí" yo solo contesto "Uhm", salir un rato me despeja y me calma; aunque les he pedido disculpas a las personas que se cruzaron frente a mi cuando he estado así, me siento muy mal de haberlo hecho porque aunque trato de evitar que me suceda, no puedo. Ya hablé con mi doctora sobre eso, dijo que la medicina me provoca este tipo de estragos y que no me preocupe porque tengo 18 años y la bipolaridad es "normal" a esta edad. Mi enfermedad, el colegio y otros factores hacen que yo haga KABOOM de vez en cuando. Considero que es necesario expresar lo que sentimos y pensamos, sacarlo de nuestro sistema de alguna forma, mi forma es esta... Estoy frustrada, cansada de todo esto, harta de estar enferma, llevo un año en tratamiento, y aunque parece poco, para mí ha sido una eternidad, he pasado por tantas cosas y cada vez que parece que regreso a ser una chica un poco normal, me dicen "Pronto entraremos a una nueva fase de quimioterapias" y aunque no son igual de fuertes que las primeras que me administraron, no es bonito tener que estar entrando y saliendo del hospital, que me pinchen muy seguido y tomar pastillas todo el tiempo y a más de eso tener la presión de no poder faltar mucho al colegio por las nuevas leyes y que me atraso en clases y perder el hilo; pero bueno... no puedo hacer nada más que seguir al pie de la letra lo que me ordenan porque no sirve de nada que me frustre y me estrese, mi situación no cambiará. Yo podría decir que ya no quiero seguir con el tratamiento, podría hacer un escándalo para que me dejen en paz, podría rogar y llorar para que detengan este martirio, pero eso sería coger el camino fácil, dejar las cosas a la mitad y si algo me gusta, es cumplir a cabalidad con los propósitos de mi vida, el camino difícil trae más satisfacción al final ¿Cierto?. Así que hoy escribiré sobre mis mejores amigos, en especial de mi gordito Víctorcito, que son algunas de las personas que me han soportado en mis ratos histéricos.
En el colegio los amigos se dicen "te amo" a diestra y siniestra, si le prestas un lápiz "Ay, te amo", por cosas mínimas las personas se dicen te amo, a tal punto que la frase ha quedado tan devaluada que ya no sabes si creer o no creer en las palabras de los demás, a mi me cuesta mucho decirle algo así a alguien, si lo digo es porque lo siento, pero los chicos ya no entienden el gran significado que envuelven esas cinco letras. Amar a alguien, ya sea amigo o pareja, es estar ahí para él/ ella cuando más lo necesitan, que importa si estaban peleados antes de que a esa persona le pasara algo, qué importa si rompieron sus lazos por algún motivo, el orgullo no interesa cuando amas a alguien ¿Verdad?, pero a algunos si les interesa eso y prefieren hacerse presentes en tu vida por redes sociales diciendo "Recupérate pronto, eres muy fuerte, sigue así" o ni siquiera eso; pero yo no necesitaba que una computadora me hablara, ni que me llamaran por teléfono, yo necesitaba que las personas que realmente me amaban y decían hacerlo estén junto a mí cuando sentía que mi vida se venía abajo. Podría decirse que gracias a mi enfermedad me di cuenta de las personas que realmente me amaban y estuvieron siempre ahí conmigo como mis mejores amigos: Dannia, Kimberly, Allyson, Nicolle y el gordito Víctorcito, y está demás decir que mi familia.
En el colegio los amigos se dicen "te amo" a diestra y siniestra, si le prestas un lápiz "Ay, te amo", por cosas mínimas las personas se dicen te amo, a tal punto que la frase ha quedado tan devaluada que ya no sabes si creer o no creer en las palabras de los demás, a mi me cuesta mucho decirle algo así a alguien, si lo digo es porque lo siento, pero los chicos ya no entienden el gran significado que envuelven esas cinco letras. Amar a alguien, ya sea amigo o pareja, es estar ahí para él/ ella cuando más lo necesitan, que importa si estaban peleados antes de que a esa persona le pasara algo, qué importa si rompieron sus lazos por algún motivo, el orgullo no interesa cuando amas a alguien ¿Verdad?, pero a algunos si les interesa eso y prefieren hacerse presentes en tu vida por redes sociales diciendo "Recupérate pronto, eres muy fuerte, sigue así" o ni siquiera eso; pero yo no necesitaba que una computadora me hablara, ni que me llamaran por teléfono, yo necesitaba que las personas que realmente me amaban y decían hacerlo estén junto a mí cuando sentía que mi vida se venía abajo. Podría decirse que gracias a mi enfermedad me di cuenta de las personas que realmente me amaban y estuvieron siempre ahí conmigo como mis mejores amigos: Dannia, Kimberly, Allyson, Nicolle y el gordito Víctorcito, y está demás decir que mi familia.
Empecé a valorar a los amigos desde cuarto curso, y aunque no recuerde el día exacto que conocí al gordo, no importa, porque desde que lo conocí él siempre ha estado conmigo cuando más lo he necesitado y cuando no, Víctor Alarcón Rizzo es la definición exacta de lo que un mejor amigo es y debe ser. Su cumpleaños fue el 20 de este mes y me dio ganas de dedicarle esta publicación a él y a mis mejores amigas porque quiero que todos se enteren que mi único mejor amigo varón se llama Víctor alias "El gordo" y las chicas Dannia Montalván, Kimberly Rivera, Allyson Lopez y Nicolle Lopez . La mami de él me contó que cuando él se enteró de mi situación había estado sufriendo y que lloraba mucho por mi, se me partió el corazón en ese momento, no soporto que sufra y peor si yo soy la causante. Víctor y yo conversamos de todo, él sabe que me sucede algo con solo verme o incluso por chat, no sé como lo hace. No muchas personas me han acompañado a lo largo de este año, supongo que la mayoría se preocupaba por mi a su manera, recuerdo que después de la cirugía muchos de mis amigos llegaron a mi casa con unos carteles donde todos los de mi promoción (La XIV, COPOL) lo habían firmado, hasta antes de empezar quimioterapias, recibí muchas visitas de mis amigos, todos estaban muy preocupados por mí, aunque después cesaron porque debían continuar con el estrés del colegio y todo lo que tenían encima, además de que mis visitas ya empezaron a estar restringidas, pero mis mejores amigos me hicieron compañía, me iban a ver al hospital y a mi casa cuando tenía permitidas las visitas y no dejaban que yo caiga en la depresión; me decían "¿Ya Macero? ¿Ya puedo irte a ver? ¿Cuándo puedo?" habían ocasiones en las que me sentía tan mal que no quería ver a nadie y les decía que mejor no vengan, pero era como si yo no dijera nada porque de todos modos llegaban al hospital o a mi casa. Un día tuve una crisis y me habían ingresado en la tarde a la clínica, como a las 6 pm Victor se conectó en el chat y le conté lo que había sucedido, me preguntó en que habitación estaba y se desconectó, supuse que su internet había fallado y no me preocupé, a los 30 minutos más o menos él estaba entrando a mi habitación. A muchas personas que pasan por una situación igual o parecida, les debe suceder o haber sucedido que hay momentos en los que no quieren que nadie los vea enfermos y débiles, que prefieren estar solos y cerrarse al mundo, vivir su dolor solos, en ese momento justo en el que sentimos desfallecer es cuando las personas que nos aman verdaderamente se hacen presentes, sin ser llamados, sin pedir permiso, sin esperar un "Ya ven a verme" o "Necesito que estés conmigo" no, ellos solo dicen "Macero tenme comida que ya llego a tu casa", eso es amor, bueno para mí lo es por eso esta publicación es especialmente dedicada para mis mejores amigos, que aunque no los puedo ver muy seguido por el colegio, su universidad y la vida en sí, es mi forma más sincera de decirles que los amo y que estoy muy agradecida de tenerlos en mi vida, ya que han estado conmigo en la salud y en la enfermedad, en la alegría y la tristeza ¿Hasta que la muerte nos separe? Yo acepto.