viernes, 28 de junio de 2013

Mis Mejores Amigos

Uso la escritura como terapia, porque desde hace un par de meses experimento cambios de humor repentinos, hay días en los que estoy un poco triste y lloro sin razón, otros en los que no quiero que nadie me hable o me moleste y por esa razón algunos ya han soportado mis ataques histéricos, incluso mi mamá que por suerte sabe que todo esto no ha sido fácil para mí, y sin prestarme atención  me dice "¿Quieres salir un ratito? vamos a dar una vuelta por ahí" yo solo contesto "Uhm", salir un rato me despeja y me calma; aunque les he pedido disculpas a las personas que se cruzaron frente a mi cuando he estado así, me siento muy mal de haberlo hecho porque aunque trato de evitar que me suceda, no puedo. Ya hablé con mi doctora sobre eso, dijo que la medicina me provoca este tipo de estragos y que no me preocupe porque tengo 18 años y la  bipolaridad es "normal" a esta edad. Mi enfermedad, el colegio y otros factores hacen que yo haga KABOOM de vez en cuando. Considero que es necesario expresar lo que sentimos y pensamos, sacarlo de nuestro sistema de alguna forma, mi forma es esta... Estoy frustrada, cansada de todo esto, harta de estar enferma, llevo un año en tratamiento, y aunque parece poco, para mí ha sido una eternidad, he pasado por tantas cosas y cada vez que parece que regreso a ser una chica un poco normal, me dicen "Pronto entraremos a una nueva fase de quimioterapias" y aunque no son igual de fuertes que las primeras que me administraron, no es bonito tener que estar entrando y saliendo del hospital, que me pinchen muy seguido y tomar pastillas todo el tiempo y  a más de eso tener la presión de no poder faltar mucho al colegio por las nuevas leyes y que me atraso en clases y perder el hilo; pero bueno... no puedo hacer nada más que seguir al pie de la letra lo que me ordenan porque no sirve de nada que me frustre y me estrese, mi situación no cambiará. Yo podría decir que ya no quiero seguir con el tratamiento, podría hacer un escándalo para que me dejen en paz, podría rogar y llorar para que detengan este martirio, pero eso sería coger el camino fácil, dejar las cosas a la mitad y si algo me gusta, es cumplir a cabalidad con los propósitos de mi vida, el camino difícil trae más satisfacción al final ¿Cierto?. Así que hoy escribiré sobre mis mejores amigos, en especial de mi gordito Víctorcito, que son algunas de las personas que me han soportado en mis ratos histéricos.
En el colegio los amigos se dicen "te amo" a diestra y siniestra, si le prestas un lápiz "Ay, te amo", por cosas mínimas las personas se dicen te amo, a tal punto que la frase ha quedado tan devaluada que ya no sabes si creer o no creer en las palabras de los demás, a mi me cuesta mucho decirle algo así a alguien, si lo digo es porque lo siento, pero los chicos ya no entienden el gran significado que envuelven esas cinco letras. Amar a alguien, ya sea amigo o pareja, es estar ahí para él/ ella cuando más lo necesitan, que importa si estaban peleados antes de que a esa persona le pasara algo, qué importa si rompieron sus lazos por algún motivo, el orgullo no interesa cuando amas a alguien ¿Verdad?, pero a algunos si les interesa eso y prefieren hacerse presentes en tu vida por redes sociales diciendo "Recupérate pronto, eres muy fuerte, sigue así" o ni siquiera eso; pero yo no necesitaba que una computadora me hablara, ni  que me llamaran por teléfono, yo necesitaba que las personas que realmente me amaban y decían hacerlo estén junto a mí cuando sentía que mi vida se venía abajo. Podría decirse que gracias a mi enfermedad me di cuenta de las personas que realmente me amaban y estuvieron siempre ahí conmigo como mis mejores amigos: Dannia, Kimberly, Allyson, Nicolle y el gordito Víctorcito, y está demás decir que mi familia.   
Empecé a valorar a los amigos desde cuarto curso, y aunque no recuerde el día exacto que conocí al gordo, no importa, porque desde que lo conocí  él siempre ha estado conmigo cuando más lo he necesitado y cuando no, Víctor Alarcón Rizzo es la definición exacta de lo que un mejor amigo es y debe ser. Su cumpleaños fue el 20 de este mes y me dio ganas de dedicarle esta publicación a él y a mis mejores amigas porque quiero que todos se enteren que mi único mejor amigo varón se llama Víctor alias "El gordo" y las chicas Dannia Montalván, Kimberly Rivera, Allyson Lopez y Nicolle Lopez . La mami de él me contó que cuando él se enteró de mi situación había estado sufriendo y que lloraba mucho por mi, se me partió el corazón en ese momento, no soporto que sufra y peor si yo soy la causante. Víctor y yo conversamos de todo, él sabe que me sucede algo con solo verme o incluso por chat, no sé como lo hace. No muchas personas me han acompañado a lo largo de este año, supongo que la mayoría se preocupaba por mi a su manera, recuerdo que después de la cirugía muchos de  mis amigos llegaron a mi casa con unos carteles donde todos los de mi promoción (La XIV, COPOL) lo habían firmado, hasta antes de empezar quimioterapias, recibí muchas visitas de mis amigos, todos estaban muy preocupados por mí, aunque después cesaron porque debían continuar con el estrés del colegio y todo lo que tenían encima, además de que mis visitas ya empezaron a estar restringidas, pero mis mejores amigos me hicieron compañía, me iban a ver al hospital y a mi casa cuando  tenía permitidas las visitas y no dejaban que yo caiga en la depresión; me decían "¿Ya Macero? ¿Ya puedo irte a ver? ¿Cuándo puedo?" habían ocasiones en las que me sentía tan mal que no quería ver a nadie y les  decía que mejor no vengan, pero era como si yo no dijera nada porque de todos modos llegaban al hospital o a mi casa. Un día tuve una crisis y me habían ingresado en la tarde a la clínica, como a las 6 pm Victor se conectó en el chat y le conté lo que había sucedido, me preguntó en que habitación estaba y se desconectó, supuse que su internet había fallado y no me preocupé, a los 30 minutos más o menos él estaba entrando a mi habitación. A muchas personas que pasan por una situación igual o parecida, les debe suceder o haber sucedido que hay momentos en los que no quieren que nadie los vea enfermos y débiles, que prefieren estar solos y cerrarse al mundo, vivir su dolor solos,  en ese momento justo en el que sentimos desfallecer es cuando las personas que nos aman verdaderamente se hacen presentes, sin ser llamados, sin pedir permiso, sin esperar un "Ya ven a verme" o "Necesito que estés conmigo" no, ellos solo dicen "Macero tenme comida que ya llego a tu casa", eso es amor, bueno para mí lo es por eso esta publicación es especialmente dedicada para mis mejores amigos, que aunque no los puedo ver muy seguido por el colegio, su universidad y la vida en sí, es mi forma más sincera de decirles que los amo y que estoy muy agradecida de tenerlos en mi vida, ya que han estado conmigo en la salud y en la enfermedad, en la alegría y la tristeza ¿Hasta que la muerte nos separe? Yo acepto.      

sábado, 15 de junio de 2013

En peligro de extinción

Algunas personas me han dicho que están pendientes de cada publicación que hago, así que quiero pedirles disculpas por no haber subido una ayer, pero no la escribí porque me sentía muy mal. Ayer tenía la segunda sesión mensual de quimioterapia vía oral y no tomé las pastillas que protegen mi estómago así que como tengo gastritis química, algo con lo que debemos vivir los que tomamos muchas pastillas todo el tiempo, me afectó mucho y estuve con mucho dolor todo el día y toda la noche, como ahora ya estoy bien estoy escribiéndola en este momento. 
A mi tiempo encerrada le llamé "estar en cautiverio" mi situación me recordaba mucho a los animales en peligro de extinción porque uno los ve de lejos y a través de un vidrio y porque hay que cuidarlos mucho para que puedan seguir existiendo. Yo estaba en una habitación con un gran ventanal por el que podía ver hacia el patio, cuando mi familia tenía gripe me miraban desde afuera o yo ponía una silla frente a la ventana cerrada y conversábamos prácticamente gritando porque no nos podíamos entender muy bien. El primer mes de quimioterapias, me sentía perfecta, no estaba cansada, no se me caía el cabello parecía que todo era un chiste pero de todos modos tenía que estar en cautiverio y tomar todas las precauciones necesarias para evitar alguna infección, aunque físicamente yo estaba bien, internamente no era así. Mi diagnóstico es Leucemia linfoblástica aguda lo que me hace la quimioterapia es matar, por así decirlo, todas las células que produce mi médula, principalmente los glóbulos blancos que actúan como soldaditos en nuestro cuerpo para protegernos de las enfermedades, con cada sesión de quimio mis glóbulos blancos disminuían y por eso estaba encerrada para que los virus del ambiente o los que portan las personas no me atacaran. Una sola persona entraba a mi habitación para ayudarme en lo que necesitara, pero se tenía que poner mascarilla, gorro, zapatones e incluso un mandil esterilizado, parecía una exageración y yo le decía a mi mamá que era una exagerada, pero esa método evitó que yo me infectara y casi no he tenido complicaciones. Lo más duro de todo esto fue que no podían acercarse a mi, nadie me tocaba, ni me abrazaban... extrañaba tanto el contacto físico de las personas, moría por un abrazo de mi mamá, estaba acostumbrada a ir a su habitación, acostarme en su cama y acurrucarme con ella, pero no podía hacerlo más y eso me deprimía a veces. He escuchado a personas decir que preferirían vivir solas, alejarse del mundo y evitar el contacto con los demás, pero estoy segura que lo dicen porque nunca han experimentado la soledad. No poder salir al comedor para almorzar con tu familia, tener que comer sola en tu habitación porque debías cuidarte era de lo más frustrante. Encerrada empecé a sentir que me volvía loca, la televisión ya me aburría porque no me gusta mucho, no encontraba películas buenas en ningún lado, así que para usar mi cerebro, por ratos me ponía a hacer cálculos mentales jajaja (nerd) o trataba de recordar que había comido el día anterior y no podía, incluso me puse a observar el comportamiento de las pequeñas lagartijas que a veces se veían en mi habitación, con eso creo que ya pueden imaginar un poco mi aburrimiento y frustración. Así pasé mis días, leyendo libros, estudiando biología cuando tenía ánimos (que no era muy seguido), armando un rompecabezas y jugando videojuegos; para tiempos en cautiverio mi recomendación es pedir que conecten la consola de juegos al televisor de la habitación, tener muchos muchos muchos libros, rompecabezas, etc. pasé alrededor de dos meses y medio dentro de la habitación y si salía era para mis sesiones de quimioterapia en el hospital, que era igual que nada porque me ponía mi mascarilla, llegaba al hospital y era meterme de nuevo a otra habitación, pero los pocos minutos afuera en el sol me hacían tanto bien porque extrañaba el calor infernal de nuestra pequeña ciudad, hablando de sol, recuerdo que los primeros días dentro del cuarto como no recibía sol mi piel empezó a pelarse y ponerse muy fea, además de que me puse muy blanca y no me gustaba.        
La habitación en la que estaba es una habitación grande y creo que eso ayudaba a no sentirme atrapada además cada vez que amanecía y cuando se ponía el sol había un espectáculo de pajaritos cantando y revoloteando por el patio, me gustaba observarlos y ver como jugaban en el césped tenía un efecto tranquilizador sobre mi. Trataba por todos los medios de tener mi mente activa, pensar y pensar, aunque suene loco hablaba en voz alta y conversaba con Dios, aunque no recibía respuesta, yo le explicaba como me sentía, le preguntaba que era lo que quería de mi y le pedía que todo esto acabara rápido, esas conversaciones unilaterales me calmaban y aunque suene contradictorio me mantenían cuerda, le comentaba que extrañaba a ciertas personas, que quería regresar al colegio y durante las conversaciones lloraba, no por mucho tiempo por supuesto, unos cuantos minutos eran suficientes, se me hacía más fácil hablar con ese ser y abrirle mi corazón que hablar con otras personas porque no quería que supieran que estaba frágil, quería que me sigan viendo fuerte y que mi estado de ánimo no fuese una preocupación más para mis padres y hermanos, ellos ya tenían suficiente sufrimiento con toda esta situación, así que yo sacaba fortaleza de no sé donde para que me vieran calmada y ellos se tranquilizaran también. Así pasé mi primer mes en cautiverio que comparado con los demás meses fue la gloria, aunque no tuve muchas complicaciones las que tuve fueron muy fuertes, después les contaré sobre eso. Vivan su vida de la mejor manera, para algunos las cosas cambian drásticamente de un día para el otro, de un segundo al otro y no hay marcha atrás, disfrutar con amigos y familia, saber apreciarlos y amarlos es lo primordial. Valorar cada minuto de nuestra existencia, de que estamos vivos y de que tenemos una vida entera por delante y sobre todo no dejarse derrumbar por pequeñas cosas porque hay personas que la pasan peor que nosotros y debemos inspirarnos en ellas para seguir de pie. 

viernes, 7 de junio de 2013

¡Rayos! ¿Y mi cabello?

En esta publicación no sabía sobre qué escribir, si sobre la manera cómo tomé lo de la caída del cabello o de cómo empezó mi vida en cautiverio. Así que me decidí sobre lo del cabello porque... ¿Qué es lo que más le gusta a una chica de si misma? En mi caso era mi cabello, era castaño, con ondas y me encantaba usar trenzas, algunas chicas lo  dejan crecer largo como Rapunzel y lo cuidan mucho pero a otras no les importa mucho ese aspecto de sí mismas, cuando me rapé me pregunté a mi misma ¿Y ahora? ¿En qué descripción quedamos las mujeres que nos rapamos el cabello? Eso es muy simple, nada cambia, nuestra alma sigue siendo la misma, el cabello crece una y otra y otra vez sin importar cuantas veces lo cortes, nuestra apariencia física no define la persona que somos.  Un amigo una vez me dijo "Las mujeres cuando son guapas ni la quimioterapia se lo quita" no es que me considere guapa pero la belleza está en el ojo de quien te mira, además es muy importante el nivel de autoestima que tenemos para así poder proyectar seguridad y que puedan ver la verdadera persona dentro de nosotras. Me atrevo a decir que para los hombres es más fácil porque un hombre rapado no llama mucho la atención de las personas, en cambio una chica... vivimos en una sociedad un poco imprudente, a veces lo que menos queremos es que nos miren, caminar sin ser notadas, perdernos entre la gente, pero eso no sucede cuando salimos a la calle, se siente como si el mundo se detiene a mirarnos solo a nosotras, como si supieran que algo malo nos sucede, sobretodo la primera vez que salimos a la calle con el nuevo "look", uno se siente pequeña y avergonzada. 
Recuerdo que ya tenía tres semanas de haber empezado las sesiones de quimioterapia, mi cabello estaba lindo, suave y brillante, me decía a mi misma "Creo que me salvé de que se caiga" porque una amiga de mi hermano me había dicho que a su mamá no se le había caído y tenía la pequeña esperanza de que eso también pasara conmigo, hasta que un día miré mi almohada y vi muchos cabellos en ella y dije "Rayos, no me salvé", mientras me bañaba mechones grandes de cabellos caían, luego intentaba peinarme y más caían o incluso si pasaba la mano por mi cabeza, los cabellos se salían. ¿Se imaginan ver casi la mitad de su cabello caído en el piso? así que le pedí a mi mamá que hiciéramos lo  más práctico, raparlo de una vez por todas para ya no estar sufriendo con tantos cabellos molestos en mi cama. Tía Shirley llegó a mi casa y dijo que quería probar cortarme el cabello hasta los hombros para ver como quedaba y me quedó bien pero eso no evitó que siguiera cayendo, 2 días después mi cabello estaba muy débil y opaco había perdido ya casi la mitad de él, fue como si de repente mi cuero cabelludo estuviera tan débil que las hebras de cabello le pesaban y simplemente ya no podía sostenerlas, así que esta vez si decidí a raparlo todo. porque me veía muy graciosa con huecos por toda la cabeza, para darme apoyo emocional mi prima Sandra y mi hermana decían que ellas también se raparían y que las tres podríamos andar así, "cocolas", pero al final, cuando llegó el momento ninguna tuvo el valor de hacerlo y no cumplieron su palabra. No era necesario que lo hagan de verdad, yo sabía que no podrían y no me importó sus intención fue lo que contó más para mi. 
Fuimos al baño, ella sacó sus tijeras, no me sentía mal de que me cortaran el cabello, solo tenía miedo de tener una cabeza rara y que se viera feo. Cortó y cortó y al final me pasó la razuradora, yo solo veía como mi cabello marchito estaba en el piso. Cuando me levanté y me vi al espejo solo sonreí, era  muy raro verme a mi misma sin un solo cabello, al principio me sentí un poco insegura y avergonzada pero me encantaba como se veía, todos dijeron que tengo una cabeza bonita (espero que sea verdad), se veía un poco gracioso el contraste de la piel blanca de mi cuero cabelludo y la morena de mi cara, se sentía la brisa fría así que los primeros días usé todo el tiempo gorritos. Mi hermana, mis primas o mi mamá siempre olvidaban que yo ya no tenía la necesidad de tener moños e inconscientemente decían "Caro ¿tienes un moño?" me parecía muy divertido y yo les respondía "Espera, déjame quitarme uno de mi larga cabellera", de vez en cuando se les escapa la misma frase pero ya no estoy calvita solo está muy, muy, muy corto.
Como siempre se le debe buscar el lado bueno a las cosas, los beneficios de no tener cabello eran poder bañarme más rápido y no perder tiempo peinándome jajaja, lo que más me gustaba de ser "calvita" eran los pañuelos de colores que me han comprado a lo largo de mi tratamiento: verdes, azules, rosas, café, etc. Y los gorritos que tengo y otros que mi mejor amigo Victorcito me trae cada vez que me visita. No quiero que tomen de mala manera lo que escribiré pero nunca me gustó, ni pasó por mi mente usar una peluca, estoy más que orgullosa de haber perdido mi cabello a causa de la quimioterapia porque eso le demuestra a los demás que yo estoy en pie de lucha, de que soy fuerte y que sigo resistiendo porque esto es lo que soy, esto es lo que somos todos nosotros que luchamos contra el cáncer y no hay motivo para avergonzarse, pronto nuestro cabello crecerá y mucho más bonito que antes, es como si todo nuestro ser renaciera, incluso nuestro cabello y hasta podemos aprovechar y hacernos diferentes estilos mientras va creciendo.
Sé que muchas mujeres no tomarían esta situación de perder de un día para el otro todo su cabello con tanta tranquilidad como yo, en especial si su vanidad es grande (cosa que no tiene nada de malo)  pero no hay motivo de frustrarse o peor aún de sentirse fea y no atractiva para alguien. Sé que solo tengo dieciocho años y no sé mucho de la vida, pero sé que para que una persona valga la pena debe poder ver más allá del exterior, debe poder leer nuestra alma con una mirada, como me dijo un amigo; y si esa persona no puede es porque no lo vale. Acaso ¿No han visto en la televisión que ahora las artistas se rapan el cabello? Si a ellas les queda bien a nosotras nos queda muchísimo mejor porque somos bellas y la belleza natural es mucho mejor que una ilusión creada por los maquillajes, estoy muy segura que pronto llegará al país la tendencia de raparse el cabello y podremos pasar desapercibidas en la calle jajaja.
Aquí les dejo una de las citas que más me gusta y que deben tener en cuenta en momentos difíciles.
Mantenga su rostro al sol y no verá la sombra. Es lo que hacen los girasoles. - Helen Keller